La lavanda, conocida científicamente como “lavare”, es una planta que posee unas características que la han convertido en la planta perfecta para las casas: es bonita, tiene un agradable aroma, aporta color y es resistente. Además, desde hace siglos es considerada como una planta con propiedades aromáticas y medicinales, sus aceites esenciales alivian el estrés, promueven la relajación y mejoran la calidad del sueño, por mencionar algunos de sus beneficios terapéuticos.
Con todo lo anterior, es normal que la lavanda se haya convertido en una planta muy popular en la decoración del hogar, tanto que, en cuanto colocas la primera maceta de lavanda en casa, te entran unas ganas enormes de comprar más ejemplares y aumentar la colección. Para que no te gastes tanto dinero, te vamos a compartir, a continuación, la forma más sencilla, rápida y barata de multiplicar tu lavanda tú misma desde la comodidad de tu hogar.
Esquejes en agua, la forma más rápida de reproducir la lavanda
Si tienes una lavanda en casa y te gustaría multiplicarla para llenar tus espacios con su belleza, regalar o simplemente aprovechar su buena energía, estás de suerte. Existe un método que es tan rápido como eficaz, y que permite reproducirla en menos de un minuto: la multiplicación por esquejes en agua. Para multiplicar tu lavanda por esquejes en agua, deberás seguir este sencillísimo paso a paso:
- Paso 1. Para empezar, necesitarás una planta madre que esté saludable y sin enfermedades, ya que de ella es de la que cortarás tus esquejes para tus futuras plantas.
- Paso 2. Cuando tengas ya tu planta localizada, deberás elegir el esqueje correcto. Para ello, busca una rama joven pero no demasiado blanda, de unos 10 - 15 centímetros de largo. Debe tener varias hojas pero no estar en flor.
- Paso 3. Ahora, con unas tijeras limpias, desinfectadas y bien afiladas, corta el esqueje de su tallo.
- Paso 4. A continuación, retira las hojas inferiores del esqueje para que las raíces tengan espacio suficiente para su nacimiento y no se pudran. Las otras hojas del tallo sí puedes quitarlas.

El primer cuidado que necesita la lavanda para estar sana, colorida y con esa fragancia que la hace única, es el sol directo. Además, solo necesita que la riegues una vez por semana y que su sustrato sea alcalino. Eso sí, solo riégala cuando la tierra esté seca, así evitarás encharcarla. Como ves, es una planta que necesita muy poco mantenimiento y no necesitarás estar muy pendiente de ella, por lo que es ideal para decorar tu balcón y darle vida sin que te suponga mucho esfuerzo. ¡Una maravilla!
El Mueble
- Paso 5. Después, llena un recipiente con agua limpia, como un vaso o un frasco de limpiar. El agua debe cubrir el tallo del esqueje unos 4 - 5 centímetros.
- Paso 6. Coloca los tarros con tus esquejes en un lugar luminoso, pero sin sol directo. Además, asegúrate de que no haya corrientes de aire fuertes.
- Paso 7. Cambia el agua cada 3 - 4 días para que esté siempre limpia y oxigenada y evitar la aparición de hongos.
- Paso 8. Ve revisando tus esquejes de vez en cuando, por si ves signos de deterioro o formación de moho.
- Paso 9. Con un poco de paciencia, verás cómo en 2 o 3 semanas a tus esquejes de lavanda le han salido sus primeras raíces.
- Paso 10. Cuando las raíces midan al menos unos 5 centímetros, los esquejes ya estarán listos para ser trasplantados a tierra.
Cuidados básicos de la lavanda
Una vez que tu esqueje haya echado raíces y lo plantes en una maceta o en el jardín, es fundamental darle los cuidados adecuados. Por suerte, la lavanda es muy resistente y no exige demasiado:
- A la lavanda le encanta el calor y el ambiente seco, así que lo que necesita es que la coloques en un lugar de la casa donde pueda recibir al menos 6 - 8 horas de luz solar directa al día.
- Es una planta a la que no le gusta el exceso de agua, prefiere un riego moderado, por lo que deberás regalarla únicamente cuando sientas al tacto que su tierra está completamente seca.
- La maceta o el terreno donde plantes los esquejes debe permitir que el agua escurra bien. El exceso de humedad puede pudrir las raíces.
- También le gusta la poda regular, así que acuérdate de cortar sus flores secas y recortarla un poco al final del verano para mantener su forma y vigorosidad.
- La lavanda no necesita tierra rica, pero sí suelta y aireada. Para ofrecerle un sustrato pobre pero ligero, puedes mezclar tierra universal con arena.
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