La lavanda es una de las plantas aromáticas más empleadas en casa todo el año. No solo se trata de una planta antimosquitos en verano, sino que, además, la lavanda posee unos efectos calmantes increíbles para la mente y el cuerpo. La flor de lavanda ayuda a combatir la ansiedadaliviar el estrés como la ansiedad. También posee propiedades beneficiosas para la piel: tonifica, equilibra y ayuda a eliminar las bacterias.

Sin duda, la lavanda cuenta con multitud de propiedades que podemos incorporar en nuestro día a día. Si aún no tienes una lavanda en maceta en casa, estás a tiempo de hacerte con una. Descubre aquí todas las bondades de contar con una planta de lavanda en casa y cómo puede ayudar a tu cuerpo y mente.

Lavanda: cuidados, riego y poda

La lavanda planta de exterior fácil de cultivar, y apta incluso para principiantes. Si te decides a tener una lavanda natural en casa, ya te avisamos que no necesita de muchos cuidados. Por si te animas a contar con lavandas en casa o simplemente quieres aprender sobre esta planta, te damos algunos consejos sobre su cuidado. ¡Toma nota!

Como comentábamos más adecuado es plantar la lavanda en el exterior. Y es que este tipo de plantas de hoja perenne, necesitan muy buena luz (una media de 6 horas de sol), y bastante ventilación. Aunque es amante del sol, esta planta aguanta muy bien el frío, y puede sobrevivir en temperaturas de hasta -15 °C.

Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de plantar la lavanda es que la tierra deben drenar bien, es decir que no se encharque. Y, por supuesto, si bajan mucho las temperaturas, intentar colocarla en un lugar seguro en la terraza como puede ser una jardinera, ya que si se congelan las raíces, la lavanda no aguantará mucho tiempo en buen estado.

Dónde plantar la lavanda

Puedes plantar la lavanda en una maceta, por supuesto. Así, podrás disfrutar de su presencia y su aroma dentro de casa. No obstante, debes tener en cuenta lo siguiente:

  1. La maceta debe tener entre 30 y 40 centímetros de diámetro.
  2. La maceta debe ser de cerámica o terracota, sin pintar ni esmaltar.
  3. La maceta debe tener agujeros en la parte inferior para garantizar un buen drenaje.

¿Cada cuánto hay que regar la lavanda?

Aunque sea una planta resistente, no te olvides de regarla. En verano, lo mejor es regar la lavanda una vez por semana. Eso sí, siempre que la tierra esté seca para no encharcar las raíces. En cambio, durante los meses de frío puedes espaciar el riego para evitar que las raíces cojan humedad. Un consejo: cuando riegues la lavanda, evita mojar las ramas y las flores para que no se creen hongos.

Lavanda.

Infusión de lavanda.

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Cómo podar la lavanda

Si tienes lavanda en casa y quieres hacer un ramo, cortar los tallos y sus flores no significa podar la planta. Para hacerlo correctamente, debes esperar la llegada de la primavera o del otoño, justo antes de su floración. Sigue los pasos siguientes para podar la lavanda y triunfarás:

  • Paso 1. Inspecciona la planta en busca de ramas muertas o dañadas, y córtalas con una herramienta de poda afilada.
  • Paso 2. Corta aproximadamente un tercio del crecimiento nuevo de la lavanda, asegurándote de hacer los cortes justo encima de un par de hojas. 
  • Paso 3. Evita podar demasiado agresivamente, ya que esto puede dañar la planta y reducir la producción de flores, y no recortes demasiado la planta
  • Paso 4. Limpia cualquier ramita u hoja que hayas cortado y desecha los residuos. Así protegerás las salud de tu planta y evitarás que se propaguen enfermedades que puedan acabar con ella.

Cuantas veces al año florece la lavanda

La floración de la lavanda depende de varios factores, como la variedad de lavanda, la ubicación y el clima. En general, la mayoría de las variedades de lavanda florecen una vez al año durante la temporada de verano. En regiones con climas más cálidos, la floración puede comenzar a mediados o finales de primavera y durar hasta principios de otoño. En áreas más frías, la floración puede retrasarse hasta finales del verano.

¿Cuánto dura el ciclo de vida de lavanda?

La lavanda es una planta perenne, lo que significa que puede vivir durante muchos años si se cuida adecuadamente. La duración de su vida depende de la variedad, la calidad del suelo y los cuidados que se le proporcionen. Algunas variedades de lavanda pueden durar hasta 15 años, mientras que otras tienen una vida útil más corta.

En términos generales, la lavanda suele tardar entre 2 y 3 años en alcanzar su tamaño y forma adulta. A partir de entonces, la planta puede seguir produciendo flores y crecer durante varios años más si se cuida adecuadamente. Sin embargo, es posible que la calidad y la cantidad de la floración disminuyan con el tiempo, y la planta puede requerir una poda o renovación periódica para mantener su salud y belleza.

Cuándo y cómo reproducir una lavanda por esquejes

Lo mejor es realizar los esquejes de lavanda a finales de verano, justo cuando los nuevos tallos han pasado de un estado herbáceo y tierno a un estado arbustivo y leñoso. En esta época, los esquejes tendrán más posibilidades de enraizar y prosperar. Dicho esto, aquí te presentamos los pasos para reproducir tu planta de lavanda por esquejes:

  • Paso 1. Mezcla tierra de jardín y arena en partes iguales para crear un sustrato suelto y bien drenado.
  • Paso 2. Corta varios esquejes de 10 a 15 cm de longitud de los tallos de una planta de lavanda saludable y sin enfermedades. Aquí puedes añadir hormonas de crecimiento, si quieres, antes de proseguir. 
  • Paso 3. Haz un agujero en el sustrato y coloca cada esqueje de manera que al menos 2 nodos estén debajo del sustrato.
  • Paso 4. Coloca los esquejes en un lugar con luz brillante pero sin sol directo y mantenlos húmedos mediante riego ligero y/o pulverización. 
  • Paso 5. Cúbrelos con una bolsa de plástico transparente para mantener la humedad alta y crear una sensación de inveradero.

Los esquejes deberían desarrollar raíces en unas pocas semanas. Una vez que se hayan formado raíces, retira la bolsa de plástico y coloca los esquejes en un lugar más fresco y con luz indirecta.

Lavanda.

Flores secas de lavanda en el recibidor. 

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Tipos de lavanda

Aunque no lo creas, hay diferentes tipos de este conocido nombre de planta. Te enseñamos algunas de las más conocidas para que puedas elegir tu lavanda favorita:

  • Lavanda común. Es la lavanda más popular. Su floración se produce a principios de verano y dota a la planta de unas flores en color morado. Cuenta con un perfume muy agradable, y tiene grandes propiedades medicinales.
  • Lavanda angustifoli. Es un tipo de lavanda que se cultiva normalmente en Europa, concretamente en Italia y Francia. Se trata de una planta que destaca por una coloración verde-grisácea. Se utiliza, sobre todo, para condimentar comidas.
  • Lavanda dentata. Es un tipo de lavanda originaria del mediterráneo. Se trata de un tipo de lavanda que destaca por sus hojas verdes, y sus flores en espiga de color malva.
  • Lavanda latifolia. Se trata de una variedad de origen español. Al contrario que otros tipos de lavandas, esta desprende un aroma un tanto desagradable. Sus hojas pueden llegar a medir hasta los diez centímetros y presenta flores agrupadas en espigas.
  • Lavanda lanata. Este tipo de lavanda, de hojas recubiertas, es propia de los climas de montaña. La lavanda lanata es de origen español, y puede encontrarse en muchas provincias de Andalucía.

¿Para qué sirve la lavanda?

La lavanda es una de las plantas joya. Se trata de una planta que se ha utilizado desde hace siglos para aromatizar aceites y jabones. Hoy en día, los efectos de la lavanda son muchos. Las flores de la lavanda cuentan con bastantes virtudes, entre las que destacan su poder calmante, y su ayuda a disminuir problemas respiratorios y hasta musculares.

Por este motivo, y debido al auge de la aromaterapia, la lavanda se ha convertido en una de las plantas más empleadas. Su inconfundible aroma es usado en aceites esenciales o incluso para perfumar armarios y cajones con flores de lavanda secas.

¿Qué transmite el olor a lavanda?

El olor a lavanda es conocido por ser relajante, calmante y refrescante. La lavanda es una planta con una fragancia floral y herbal que se ha utilizado durante siglos para ayudar a aliviar el estrés y promover la relajación.

Se ha demostrado que el aroma de la lavanda tiene propiedades sedantes, lo que significa que puede ayudar a reducir la ansiedad y mejorar la calidad del sueño. También se ha utilizado para tratar dolores de cabeza, náuseas y problemas respiratorios.

Además, el olor a lavanda se asocia con la limpieza y la frescura, y se utiliza comúnmente en productos de cuidado personal como jabones, champús y lociones. En general, el aroma de la lavanda transmite una sensación de tranquilidad y bienestar.

Como te hemos comentado, la lavanda se puede aprovechar a través de aceites esenciales aplicados en la piel o inhalándolos a través de los populares difusores de aromas. Esta última opción es la más conocida y a la que muchos se han vuelto a adictos por su comodidad y efectividad

Lavanda.

Aceite esencial de lavanda. 

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¿Qué hace la lavanda en la piel?

En cuanto a la piel, la lavanda también cuenta con numerosos beneficios, ya que puede actuar casi como un tónico hidratante y antiinflamatorio. Gracias a sus propiedades, la lavanda ayuda a cuidar la piel de una forma sana y natural, garantizando que esté radiante e hidratada. Se puede aplicar en la rutina diaria sin ningún problema, incluso en pieles más sensibles.

¿Cómo utilizar la lavanda para aromatizar?

Podemos emplear aceites esenciales de lavanda ya elaborados o hacerlos nosotros mismos. Si te animas a hacer tu propia esencia de lavanda necesitarás los siguientes ingredientes:

  • 80 ml de agua destilada.
  • 20 ml de alcohol.
  • 15 gotas de aceite de lavanda.

Mezcla todo en un pequeño frasco, y añade a tu difusor de aroma. También puedes aprovechar esta mezcla a modo de vaporizador para aromatizar las cortinas, la ropa de cama…

Lavanda.

Jarrones con lavanda.

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¿Qué se puede hacer con flores de lavandas secas?

Una de las maneras de usar las lavandas secas es a través de saquitos para aromatizar, por ejemplo, la ropa del armario. Si quieres puedes aprovechar la lavanda en maceta y recolectar algunas flores. Para ello, te recomendamos hacerlo entre mediados y finales de julio, cuando se ha producido la floración de la lavanda. Una vez tengas las flores, forma ramilletes y átalos con un hilo.

Cuelga boca abajo en una habitación bien ventilada, pero sin corrientes de aire y sin exposición solar. Se trata del mismo proceso que se hace cuando queremos secar, por ejemplo, un ramo de flores. La lavanda se secará al cabo de 1 o 2 semanas, y entonces ya podrás emplearla a modo de saquitos para aromatizar cajones, o el armario completo.

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