"A esta parcela se la conoce desde siempre como 'La Gitana'. Supongo que porque transmite alegría y mucha frescura. Nosotros alquilábamos verano tras verano la casa vecina y nos encantaba ver sus árboles centenarios, oler su aroma a tierra húmeda por las mañanas e imaginar que podríamos hacernos una casa grande", nos explica el propietario de esta vivienda en Palafrugell, una de las zonas más bonitas de la Costa Brava. "Un día, vimos que La Gitana se vendía. La parcela era grande, pero aquí solo había una casita con una pequeña cocina, un saloncito y el dormitorio. Así que vimos clara la oportunidad, compramos el terreno ¡y cumplimos nuestro sueño!", añade.