Estela López, interiorista: "Este ático frío y sin vida ahora es una casa superacogedora inspirada en la ciudad favorita de los portugueses"

Necesitaban ampliar la zona de estar del salón para disfrutar en familia, aprovechando la luz natural que les ofrece su enorme terraza en forma de L. “Tiene 8 ventanales correderos, pero "blindamos" el del fondo para colocar los sofás. Jugamos con la simetría, porque los techos son inclinados, y los enfrentamos para ordenar el espacio. Cerramos la zona de estar con dos mesas de centro de madera, dos butaquitas y una gran alfombra”, explica Estela.

¿Un requisito de los propietarios? Habilitar una discreta zona de despacho para teletrabajar, como vemos al fondo a la derecha. Aquí, Estela jugó con los muebles de madera y las luces indirectas para lograr mayor calidez, como en el resto de la casa.

Tomaron Comporta como inspiración, un lugar que para nada fue elegido al azar. Ahí veranean sus propietarios y quisieron plasmar su esencia relajada y fresca en cada detalle, llevando un trocito de Portugal a Madrid. La tapicería de rayas marineras del sofá fue clave, ya que huye de los clásicos tapizados lisos y aporta ese aire veraniego y desenfadado que necesitaba la casa.

Desde el salón, las vistas a la terraza y al cielo de Madrid son espectaculares. En forma de L, la terraza cuenta con zona de estar, un completo comedor y una agradable zona de solarium.

La cocina también precisaba de ese toque acogedor, ya que esta familia hace mucha vida aquí. Y así es como se la encontró Estela: era grande, fría y con panelados en gris antracita, aunque la encimera y el antepecho en blanco roto ganaba luminosidad. ¡Aún había esperanza para devolverle el toque acogedor! ¿Cómo lo hizo? Sigue leyendo.

"Decidimos abrigar la cocina con un elegante papel pintado de rayitas en la pared", revela la interiorista. Y lo hizo en la zona del office, manteniendo intacta la esencia minimalista de la zona de trabajo.

Como decíamos, Estela enmarcó la zona del office con un elegante papel pintado de rayitas en la pared, que se mimetizaban con los estores de yute tejidos a mano. "Son ligeros y la luz entra súper texturizada a través de ellos. ¡Queda precioso!”, apunta la interiorista. Siguiendo ese mismo hilo conductor, quiso ese efecto tamizado también para la iluminación del comedor, de ahí que eligiera una lamparita de techo fibras, puesta justo encima de la mesa redonda de madera maciza. Las sillas son sencillas y las decoró con colchonetas a medida con lazada por detrás, para dar el toque hogareño definitivo.

¿Ya te has descargado nuestro ebook gratuito "50 trucos para pasillos y recibidores"? Si buscas ideas para inspirarte, no te pierdas estos consejos fáciles y estilosos de expertos. ¡Es gratis!

En la planta baja hay un cuarto de juegos pensado para que las dos niñas y el benjamín de la casa puedan jugar, pintar o hacer sus manualidades. “Está basado en la metodología Montessori. Queríamos que todo estuviera a la mano, que fuera práctico y visual”, asegura la interiorista. Hay cajoneras con etiquetas de madera, un escritorio a medida súper amplio, un mapamundi en la pared...

A la interiorista también se le ocurrió colocar una librería muy accesible en forma de casita, junto a un mini sofá, recreando así una zona de lectura para los más pequeños. ¡No le falta detalle a esta habitación, decorada con un friso de cuadros y cortinas de color mostaza.

La habitación de las niñas, sin embargo, es dulce, sosegada y femenina, con un papel pintado de anémonas rositas en la pared, tras los cabeceros de cannage con aire vintage. Aquí, la clave ha sido jugar con texturas naturales y colores suaves y deslavados, para conseguir una atmósfera acogedora, perfecta para acompañar sus juegos y momentos de descanso.

El dormitorio principal es un espacio amplio y sereno, donde la clave estuvo en trabajar una paleta de colores suaves y apostar por texturas que aportaran profundidad. “Es un dormitorio con un tamaño muy bueno, muy tranquilo, con colores serenos, pero con mucha personalidad”, explica Estela López. La interiorista apostó por un cabecero tapizado a medida en un tono ligeramente más oscuro, que contrasta con el papel pintado texturizado de la pared principal. “El papel es precioso, tiene un dibujo muy sutil que le da elegancia sin recargar”, añade.

Para reforzar la sensación de calidez, eligieron una gran alfombra de lana que cubre toda la superficie, ayudando a iluminar un espacio que, en origen, resultaba algo oscuro. Los textiles fueron fundamentales para terminar de vestir la estancia. “Pusimos unos cojines súper agradables, mezclando linos acolchados, estampados en espiga y rayitas. Todo ello aporta mucha textura y hace que la ropa de cama gane calidez”, detalla Estela. La interiorista también prestó atención a los pequeños detalles: “Siempre digo que en espacios grandes es mejor elegir pocas cosas, pero bonitas. Aquí añadimos unas lámparas de mesa muy especiales que terminan de dar ese punto acogedor”.

El baño en suite es otro de los espacios donde la interiorista trabajó con texturas y acabados para aportar profundidad y cohesión al diseño. “Era un baño bonito, pero le faltaba algo, estaba demasiado aséptico”, explica Estela López. Para darle carácter y un hilo conductor con el resto de la vivienda, optó por un papel pintado de rombos que conecta visualmente los distintos materiales utilizados. “Este papel ayudó a alinear la madera y el azulejo, unificándolo todo con más personalidad”, señala.

El patrón geométrico no solo añade dinamismo, sino que también resalta los complementos decorativos y elementos funcionales del baño. “Una vez colocado, todo lo demás cobraba sentido, los detalles y accesorios destacaban mucho más”, añade la interiorista. La base ya estaba bien resuelta, con un suelo que se mantuvo, pero el cambio en las paredes transformó por completo la percepción del espacio, haciéndolo más cálido y con más juego visual.

La interiorista Estela López, de Deco & Living, encargada de devolver la vida y el calor de hogar a esta vivienda de Valdemarín (Madrid).