Raquel Zárate, interiorista: "Con tan solo 3 cambios básicos hemos cambiado por completo este pisito"

“Cambiamos el acceso al salón-comedor por un paso abierto enmarcado en madera para llenar de luz el recibidor”, explican Raquel Garbizu y Joan Planellas, de Petit Cote Deco, encargados, no solo de dar una nueva vida a esta casa, sino también ¡a algunos muebles antiguos! “El propietario es muy habilidoso y le dimos directrices para que él mismo terminara de restaurar la butaquita retapizada en lino rústico de la entrada y una antigua puerta convertida en espejo que amplía visualmente este espacio”.

Una de las máximas de la reforma ha sido “poner pocos muebles, pero muy especiales”, como la mesa de comedor, de madera natural, las sillas tapizadas, estudiadamente inacabadas en su parte trasera, o gran consola de pared, lacada en ese “greige” tan de moda, a caballo entre el gris y el beige, que pone la nota de color y salpica los textiles y el enorme cuadro, una pieza única. "Es un mueble de Guadarte y quisimos hacerlo de 2,40 metros de largo. Tenía 4 puertas de madera y pedimos que las dos centrales fueran acristaladas para aligerarlo", comentan.

Al ser un espacio abierto, también hubo que delimitar visualmente cada espacio. “Lo conseguimos con dos grandes alfombras de fibras naturales, una abarcando el comedor y otra en la zona de estar", explican. Aunque por su tonalidad no resaltaban demasiado con respecto a la madera de roble del suelo, sí lo hacía gracias a su acabado entramado, que aportaba el necesario toque de calidez.

Las grandes piezas de mobiliario son de madera natural, algunos con la veta muy marcada como ocurre con el mueble de la tele. Todos salvo el aparador del comedor que hemos comentado anteriormente, teñido de ese “greige” tan sereno que salpica a algunos de los textiles de la zona de estar, mezclados con toques verdes que dan un punto vibrante a la decoración. "Pusimos los sofás enfrentados para facilitar la circulación. Son de bouclé impermeable y también rompen con el tono rústico de la madera”.

Los propietarios querían que se potenciara el uso de materiales naturales, de ahí que se unificaran los suelos de toda la casa en madera de roble, muy luminoso y acogedor. La madera también salpica las mesitas auxiliares e, incluso, las bases de unas lámparas de mesa clásicas con pantallas de lino que tamizan su luz cálida.

Ya dentro de la cocina, a mano izquierda, vemos la zona de trabajo, que es pequeñita. Uno de los objetivos generales de la casa fue la búsqueda de la comodidad, por eso aquí se aprovechó mejor el espacio diseñándola en forma de U, con mobiliario depurado, sin tiradores y en tono neutro, que da un toque de luz. ¿Otro objetivo? Dar calidez a cada una de las estancias, de ahí que se eligiera una encimera con veta marcada para romper la frialdad del blanco y se camuflaran las columnas en roble.

En el office, lo mejor fue apostar por una mesa redonda para crear dinamismo entre ambos ambientes. Aquí también se buscó la calidez, en este caso, en las fibras naturales de las sillas, la lámpara de techo o los cajoncitos del aparador de madera.

El mimo por el detalle no solo se demuestra en las piezas de mobiliario a medida, sino en los pequeños objetos cotidianos que hacen de esta casa un verdadero hogar. Sin duda, un office bien equipado hace el día a día mucho más amable: vasos de cristal de color verde, un jarrón con plantas, una jarrita forrada de fibras naturales, servilletas de lino...

"Intentamos crear un dormitorio acogedor. Personalmente, a mí me encantan los cabeceros tapizados porque son muy confortables y dan ese toque de calidez que necesita una  habitación. Aquí, en concreto, elegimos un gustoso capitoné que nunca pasa de moda", nos cuenta la interiorista, que además es partidaria de poner bases neutras en este espacio, jugando con los cojines, mantitas y plaids que aporten color, ¡y calor!

En la variedad está el gusto y en el dormitorio principal, los interioristas se atrevieron con el arte del mix and match. "No es necesario poner dos mesitas de noche iguales por norma, no pasa nada por poner piezas diferentes que guarden cierta armonía entre sí. Nosotros, en un lado, pusimos una cómoda más grande y alta, que es perfecta cuando se necesita mayor capacidad de almacenaje. En el otro lado, pusimos una mesilla en los mismos tonos", explican.

"Nos gusta vestir la cama con muchos cojines para que quede pomposa", nos comenta Raquel, que no eligió una mala combinación. "Nos decantamos por esa mezcla luminosa de detalles florales con pinceladas verdes y otros diseños lisos en tonos beige y tierra. Siempre jugando con los diferentes tejidos para crear riqueza: lino, terciopelo, algodón...", remata.

Raquel Zárate y Joan Ninou, de Petit Coté Deco y responsables de que esta casa ahora luzca espectacular.