El amoníaco —un compuesto químico de nitrógeno— es conocido por su gran poder desengrasante y quitamanchas, por eso nunca falta en los hogares. Este producto de limpieza tan potente tiene un sinfín de usos que quizás desconozcas, ¿te apetece descubrirlos?
Cómo usar el amoníaco para limpiar la casa
El amoníaco siempre forma parte de las rutinas de limpieza del hogar, y eso se debe, además de a su gran eficacia, a su versatilidad.
Amoníaco como desengrasante de cocina
El amoníaco es, probablemente, el mejor desengrasante que existe. Utilízalo sin problema en encimeras, azulejos, en el horno (diluido en agua) y en la campana extractora. ¡Tu cocina parecerá nueva!
Amoníaco para limpiar el baño
El amoníaco también es ideal para limpiar el baño, ya que acaba con las manchas de moho y óxido como ningún otro. Te recomendamos mezclarlo con agua tibia y, tras pulverizarlo en las superficies, dejarlo actuar durante un par de minutos antes de frotar y aclararlo.
Amoníaco para limpiar cristales
Hay muchos trucos para limpiar los cristales, que también se rinden ante el poder del amoníaco. Nos referimos tanto a las ventanas como a los espejos. ¡Pruébalo!
Amoníaco para limpiar madera
¡Ojo! Si la madera está barnizada, no se te ocurra limpiarla con amoníaco. Únicamente puedes usarlo diluido en agua en aquellas zonas donde la madera se encuentre al natural.
Amoníaco para limpiar cobre y bronce
Ahora que el cobre es tendencia, seguro que te interesa saber cómo se limpia este material. Pues bien, solo tienes que mezclar un tapón de amoníaco con un litro de agua (preferiblemente tibia), y usar un paño para frotar los objetos. Te aseguramos que recuperarán su brillo natural.
Amoníaco para limpiar alfombras
Para limpiar las alfombras y quitar las manchas, pulveriza un poco de amoníaco diluido en agua sobre ellas, frótalas y deja que se sequen al sol o en un espacio bien ventilado, pero asegúrate de que no haya problemas con el tejido.
Amoníaco para limpiar tapicerías
Antes de dar este paso, es fundamental que leas las etiquetas del fabricante para evitar disgustos. En cualquier caso, el amoníaco es una maravilla para limpiar las tapicerías de los coches y lograr que vuelvan a brillar.
Amoníaco para eliminar malos olores
Si tus paños de la cocina, tus bayetas o tus toallas tienen malos olores, añade un poco de amoníaco a la lavadora cuando vayas a poner un ciclo.
Precauciones al limpiar con amoniaco
- Utiliza guantes siempre que vayas a limpiar con amoníaco.
- Jamás mezcles amoníaco con lejía, porque la sustancia que surgirá entre ambos afectará negativamente a tus ojos y pulmones.
- Recuerda ventilar bien la casa durante el proceso de limpieza y al terminar (su fuerte olor puede darte dolores de cabeza).
¿Qué desinfecta más la lejía o el amoniaco?
El amoníaco es un desengrasante, muy utilizado para limpiar, pero cuyas cualidades para desinfectar no son comparables a las de la lejía. Por eso, sus usos son distintos en la limpieza de la casa. La lejía es empleada para limpiar aquellas superficies en contacto frecuente con las manos u otras partes del cuerpo. Mientras, el amoníaco es mejor utilizarlo como desengrasante, lo que lo convierte en el producto perfecto para limpiar la cocina.
Asimismo, recuerda que no debes mezclar NUNCA ambos productos, ya que los gases que desprenden al juntarse pueden ser peligrosos para la salud.
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