¿Sabes cómo elegir un suelo barato para la terraza y que quede bien? Estas son las mejores opciones para el exterior

Los hay en rollo (perfectos para actualizar una terraza pequeña), desde 20 €/m² con muchas opciones de acabados; o en formato baldosas o lamas. Un suelo vinílico es de PVC (plástico), que es adecuado para terrazas, pero siempre que no queden expuestos por completo al sol. Porque pierden color. Así que en terrazas techadas, es una alternativa barata. Pero hay otras.

Este tipo de suelo para la terraza está fabricado a base de polietileno (PE-HD) con una alta resistencia a la humedad y al tránsito. Son suelos de terraza perfectos para colocar bajo duchas de exterior, por ejemplo, o incluso para zonificar -es decir, combinar con otro pavimento- en una terraza amplia. Suelen venderse en formato baldosa, desde 20 €/m².

¡Una muy idea para terrazas efecto jardín! El césped artificial por lo general se presenta en rollos. Es un suelo barato y que queda muy bien en una terraza. Le dará frescor. El precio que inviertas dependerá de la densidad y altura del césped. Los más baratos son como moquetas o alfombras. Pero hay diseño muy conseguidos. Hay rollos desde 4 €/m² a más de 100 €/m². En algo se tiene que notar la diferencia, ¿no crees?

¿Suelo feo, viejo, nuevo, pero que no va nada con el estilo de la terraza? ¡Solución económica gracias a las alfombras! Una grande o varias. Las alfombras de exterior son una opción muy buena para "cambiar" el suelo de la terraza cómodamente. Escoge modelos vinílicos (si hay techado encima) o de polipropileno, que no se decoloran con el sol. Ambos son lavables.

Aquí sube un poco el presupuesto para cambiar el suelo de la terraza, aunque hay modelos bastante asequibles. La tarima composite es un producto fabricado a base de resinas sintéticas, fibras naturales y de madera. Es resistente (a plagas de insectos, moho y la gran mayoría de bacterias) y no se decolora. Las lamas se instalan sobre rastreles. Y es perfecto para combinar con otros revestimientos como aquí con césped artificial.

Debes saber que dentro de este tipo de material para el suelo de la terraza, hay tarimas compuestas principalmente por policloruro de vinilo, cáscara de arroz y reforzante mineral. Al incorporar una fibra vegetal como la cáscara de arroz, no se talan árboles, ni se usan restos de madera de otros productos, cuyo origen primario ha sido esta tala de árboles.

La madera es un material excelente para usar en jardines y terrazas. Aunque tiene pros y contras. Es importante escoger el tipo de madera que mejor encaje con las condiciones climáticas de la zona. Eso sí, tiene mantenimiento. La ventaja es que después del trabajo el suelo queda como nuevo. Es cálido, tiene ese aspecto tan agradable de lo artesano y natural, casa con todo…

La madera laminada de abeto -entre 17 y 27 €/m²- es estable a la intemperie (más que la de pino). La madera laminada se diferencia de la maciza en que sufre menos deformaciones y grietas. El pino verde es más económico -25 €/m²- y lleva un tratamiento (en autoclave, que le da el tono verdoso) que evita la aparición de hongos, xilófagos y agentes externos. Y las maderas tropicales que son resistentes a la humedad y hongos y otros insectos; como la madera de IPE (sube el precio: a partir de 95 €/m²). Las que no son exóticas ni están tratadas, necesitan un tratamiento protector.

Pues no es especialmente barato para espacios reducidos. Muchas empresas solo lo instalan a partir de un mínimo de superficie. El precio pueden estar alrededor de 60-80 €/m². Así que no es un material demasiado caro, que sí que ofrece grandes resultados. Aunque mejor, cuanto más haya que cubrir. Por ejemplo, sirve no solo para el suelo, también para paredes o revestir bancos de obra.

Dentro de los suelos cerámicos para la terraza los hay más baratos (desde 16 €/m²) y menos. El problema es que son suelos que requieren mano de obra, desescombro e instalación. Y eso siempre va a hacer que se incremente el presupuesto. Para elegir un suelo cerámico barato para la terraza debes fijarte en que sea nacional. Si te vas a un suelo italiano, por ejemplo, el precio subirá considerablemente. Los porcelánicos que son resistentes, también son más caros.