El problema de una cocina pequeña no son los metros: 10 ideas geniales (y fáciles) para aprovechar el espacio

De pronto me di cuenta de que tenía frentes libres de muebles, superficies con un enorme potencial a las que había que sacar partido. ¡Y lo hice! Coloqué una composición baldas y de repente, ¡zas! Mis tazas, especieros y hasta la planta de albahaca tienen su lugar. 

De lo que más contenta estoy es de haber puesto una barra con una parte extraíble. Cuando está cerrada, es ideal para un desayuno rápido o un café solitario. Pero lo mejor es cuando la abro: ¡se convierte en una barra mucho más grande y perfecta para una comida más relajada o para disfrutar con los amigos!

Es como tener una zona de comedor extra en un abrir y cerrar de ojos. Y lo mejor, sin ocupar espacio extra cuando no la necesito. 

Añadí unas tiras de luces LED bajo los armarios superiores, unos focos dirigidos a la zona de trabajo y una lámpara de techo en la zona del comedor... ¡y boom! No solo parece que mi cocina se ha multiplicado por dos, sino que ahora encuentro todo al instante. Y de paso, el ambiente se ha vuelto mucho más acogedor.

En IKEA encontré este estante ideal para ganar sitio en el interior de los armarios. Lo he colocado en una balda y ahora tengo más espacio para guardar vasos, cuencos o botes de especias. ¡Ha sido como un truco de magia para aprovechar al máximo cada rincón y tener todo organizado sin perder accesibilidad! Además, el diseño es tan sencillo que no roba protagonismo y mantiene el espacio ligero y ordenado.

Una de las decisiones más acertadas que tomé fue cambiar la puerta de entrada a la cocina por una con paños de cristal. No solo dejé pasar más luz natural, sino que, de paso, la cocina parece más grande y abierta. Ahora, cuando estoy cocinando, no tengo esa sensación de estar en una caja cerrada. Además, si alguien me llama desde el pasillo, ¡ni tengo que levantarme para ver quién es! Es un detalle sencillo, pero ha hecho que la cocina se sienta mucho más espaciosa y luminosa.

Desde la parte trasera de las puertas hasta los costados de los muebles, los ganchos se han convertido en mis nuevos héroes. Sostienen paños, delantares, coladores, bolsas reutilizables... Todo está colgado y a la vista, sin ocupar ni un centímetro de más.

Un módulo extraíble fue mi salvación para el armario rinconero de mi cocina. Ese que era como un agujero negro donde todo lo que "caía" se perdía para siempre. Pero ahora, con este accesorio, puedo sacar todo como si fuera magia y aprovechar hasta el último centímetro. ¡No hay rincón que se me resista!

De lo más práctico que he encontrado. Ahora, en lugar de dejar que los utensilios se amontonen en un cajón, cuelgo los más decorativos y hasta plantas aromáticas. Todo a la vista y al alcance de la mano. No solo he ganado espacio, sino que además he dado un toque de estilo y frescura a la cocina.

Normalmente pasamos por alto esta posibilidad, pero ¿sabías que puedes convertir el interior de las puertas de los armarios en valiosas zonas de almacenaje? Yo colgué unas cestas metálicas para guardar todo lo pequeño que siempre anda dando vueltas: especias, trapos, guantes de cocina…

Compré un carrito y, de repente, mi cocina se volvió mucho más versátil. Puedo moverlo donde lo necesite y llenarlo con frutas, utensilios o hasta crear un mini desayunador. ¡Es práctico, estiloso y nunca está en medio!