¡Pausa el ritmo! Déjate seducir por la decoración slow para tu dormitorio

Se trata de crear una decoración armónica y equilibrada. Sin excesos, sencilla pero confortable. El dormitorio siempre debería ser slow porque en él nos relajamos. Pero una decoración slow es la suma de varios factores para preparar la estancia no solo para el descanso, sino para disfrutar con calma del tiempo pasado en ella.

La luz natural no puede faltar en un dormitorio con una decoración slow. Porque se busca la luminosidad y ese bienestar que se siente en los espacios bañados por la luz natural. Un dormitorio slow tamiza a su antojo esa entrada de luz con los textiles adecuados que no se interpongan, solo que maticen su fuerza.

El modo de vida consciente y slow tiene mucha conexión con la naturaleza y con esa calma y bienestar que nos aporta el contacto con ella. En los interiores hay que sentirla cerca (algo que se logra con plantas, colores, materiales, texturas, acabados…). Para ello, lleva al dormitorio ese contacto con lo natural a través de plantas. Como aquí, pueden ser plantas naturales. Pero también hay otros trucos decorativos…

Estas son otras dos claves que te ayudarán a llevar la naturaleza al interior del dormitorio, además de con plantas. Juega con el color verde en diferentes elementos decorativos o añade un toque vegetal con algún papel pintado o estampado textil.

Como conexión, siempre que puedas, haz que el interior del dormitorio se prolongue en el exterior en el jardín, una terraza o con las vistas. Sentir ese verde de la vegetación que rodea la casa y verlo a través de una ventana desde la cama, hará que la sensación de pausa esté garantizada.

Y sostenibles. Porque una decoración slow apuesta también por la sostenibilidad y por decorar con elementos que aseguran una larga vida de los materiales y que son obtenidos con garantías. Así que en cuanto al mobiliario decántate por maderas y fibras naturales. En textiles, también 100% naturales; y todo libre de sustancias nocivas. Recuerda que hay certificaciones oficiales que garantizan este hecho y que aparecen indicadas en las fichas técnicas de los productos.

No hay colores prohibidos para pintar o decorar el dormitorio, pero sí algunos que aseguran que la atmósfera será la adecuada para calmar y sosegar. Lo colores neutros funcionan porque son relajantes. Son una base idónea para crear la decoración que prefieras. Además, potencian la luminosidad. No hablamos tanto de blanco puro sino de una gama más neutra, afín a las tonalidades tierra más claras. Sobre ella, ¿por qué no incorporar otros colores que te hagan sentir bien, aunque sean oscuros, en menor cantidad?

Esto significa que los espacios no se saturan. En un dormitorio con decoración slow los adornos son los suficientes. No predominan los estampados marcados ni las paredes muy llenas. Es preferible optar por una pintura que aporte textura (ese aire artesanal de la pintura a la cal o tadelakt es perfecto) o un papel del mismo tipo que por muchos elementos para decorar.

Si acabamos de mencionar la importancia de los materiales que decoran un dormitorio slow, así como las texturas, no podemos dejar de remarcar la importancia de esa mezcla de tejidos que puedes llevar a la ropa de cama y a las cortinas. No temas en mezclar diferentes tipos de tejidos y tramas, enriquecen cuando no sobresalen especialmente los estampados marcados.

Todos los elementos y detalles que estamos enumerando llevan la decoración slow al dormitorio y lo hacen, sin duda, confortable. Pero no hay que olvidar que el confort no solo se ve sino que se siente. Y ese sentir es también a través del tacto y del oído. Los tejidos absorben ruidos. Un dormitorio silencioso garantiza el descanso. Pero también las texturas se aprecian al tocar las sábanas, por ejemplo, o pasar la mano sobre un mueble. Fundamental: el contacto del pie descalzo con un solo confortable o una alfombra agradable.

Juega con distintos tipos de luz. Esto es posible combinando luminarias de mesa, apliques, de pie o colgantes. Pero que todas tengan la misma temperatura de color (blanco cálido) y que cuenten con regulador de intensidad para crear la atmósfera que necesites según el momento y uso que vayas a hacer del dormitorio.

El orden aporta armonía. En este sentido no pueden faltar muebles para almacenar en el dormitorio. Si bien hemos mencionado que la decoración debe ser sencilla, sin demasiados elementos, con los muebles que te ayudan a organizar sucede lo mismo. Los justos, pero capaces y, a ser posible, que oculten lo que hay que guardar tras puertas ciegas. Esto crea un resultado más limpio visualmente.

Suma algún rincón especial al dormitorio, pero que te transmita paz. Como una butaca con una mesita auxiliar al lado, un espacio para meditar, un banco en la ventana para leer o escuchar música… Sentir que tienes un espacio así en el dormitorio, que te ofrece la posibilidad de realizar eso que te gusta para clamarte, ayuda a ver el dormitorio como tu oasis personal.