Esta cabaña de montaña que parece el escenario de un cuento no podría estar en otro lugar que no fuera el Valle de Arán. La responsable es la interiorista Carmen Caubet, una enamorada de la zona y sus costumbres arquitectónicas que puso en práctica toda su sabiduría al servicio de una reforma cuyo principal cometido fue recuperar las maderas originales. Barnizados en exceso, los pilares, vigas, puertas y otros elementos de carpintería resultaban oscuros y anticuados. Esta es la historia de cómo Carmen les devolvió la luz.
Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter.