Por todos es sabido que tener un hogar limpio y ordenado es fundamental para mantener una buena higiene doméstica. Incluso afecta directamente a su estética y, también, a la imagen que pueden tener nuestros invitados de nosotros. Pero lo que más nos importa, es cómo nos puede llegar a influir nuestro hogar en nuestra salud mental. Y es que, la psicología ha hablado sobre esto y ha llegado a la conclusión de que ser más ordenados y limpios en casa, nos hace más felices. Sí, tal cual lo lees. ¿Cómo podemos conseguirlo? Siguiendo tres sencillos hábitos e incluyéndolos en nuestras rutinas de mantenimiento doméstico diario. ¡Te contamos todos los detalles!

¿Cuáles son los hábitos de la felicidad?

Diversos estudios han demostrado que la limpieza y el orden en casa son determinantes para sentirnos más relajados y menos estresados. Uno de estos estudios demostró que  las personas que viven en hogares desordenados, tienen mayor tendencia a la procrastinación, además de sentirse más insatisfechos con su vida. Otra investigación publicada en The Journal of Neuroscience, evidenció que el desorden impide que nuestro cerebro se enfoque en lo que debería, y al mismo tiempo se experimenta más fatiga, depresión y una elevación de los niveles de cortisol, la hormona del estrés. 

 

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El Mueble

 

Frente a estos datos, un último estudio concluyó con que el 61% de las personas que participaron en dicho experimento, se sentían menos estresadas después de limpiar, mientras que el 54% estaban mucho más relajadas. Pero, ¿qué hábitos son los que nos ayudan a conseguir esto?

¿Qué hábitos tienen las personas felices?

1. Tener una rutina de limpieza general

Lo primero es establecer nuestra propia rutina de limpieza. No hace falta limpiar a fondo la casa todos los días, ya que resultaría agotador. Por ello, lo ideal es separar o distribuir las tareas en varios días. Por ejemplo, puedes dividir la casa en habitaciones o secciones y asignar días de limpieza para cada una. Por otro lado, también puedes clasificar y ordenar las tareas por frecuencia, así todos los días haremos la cama, lavaremos los platos sucios, limpiaremos superficies..., y a su vez, semanalmente, cambiaremos la ropa de cama, sacudiremos el polvo, aspiraremos alfombras, haremos la colada...

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2. Rutinas pequeñas de limpieza, en 10 minutos

Nos referimos, más bien, a tener pequeños hábitos de orden y limpieza en nuestro día a día. La idea es dedicar unos 10 minutos al día en ordenar y limpiar, de manera superficial, las diferentes estancias o habitaciones. El mejor momento para hacerlo es antes de dormir, así nos iremos a la cama con todo perfecto y nos levantaremos de la misma forma. Por ejemplo, si has dejado algunas chaquetas en el salón, cuélgalas en el armario. Si has dejado algún plato sucio sin lavar, lávalo. Si encuentras migas o restos de comida en la encimera, límpialas. Te llevará muy poco tiempo y de esta forma siempre mantendrás tu casa perfecta.

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3. Deshacerse de lo que ya no usas

Muchas veces, el orden y la suciedad se deben a la acumulación de trastos, ropa o diferentes elementos que no dejan el espacio despejado ni tampoco hueco a lo que sí que usamos de verdad. De manera frecuente (cada dos o tres meses o cada cambio de armario en las distintas estaciones del año), intenta hacer limpieza de lo que ya no uses. Acostumbrarse a separar y donar, vender o tirar, si está en muy malas condiciones, lo que ya no usamos reduce el desorden.

Para hacer estas rutinas de limpieza y orden más amenas, puedes ponerte música alegre y animada, poner de fondo tu serie favorita o hacer una apuesta con las personas con las que convivas y que se lleve un premio quien más tareas cumpla.