Una casa feliz lo es si en ella tus cinco sentidos son felices. Así lo asegura el Feng Shui. Y lo conseguirás con colores, materiales, olores, buena música... Lo acabamos de ver. Pero también con algo tan sencillo como cuidar tus plantas. Generan algo más que un espacio vivo, limpio y agradable. Te ofrecen la oportunidad de practicar el mindfulness (atención plena en el aquí y el ahora): concentrarte en su cuidado, bajando el ritmo y ganando bienestar.
Si estás dispuesto a ser sumamente feliz en tu casa, sigue leyendo. Aquí encontrarás muchas más ideas que te ayudarán a conseguirlo.