Cálido, acogedor, natural, auténtico, personal, con carácter, artesanal, tradicional... Estos son algunos de los muchos adjetivos con los que definir el estilo rústico. Y ninguno de ellos es demodé, oscuro o pesado. Eso era antes. Antes de que dejáramos esa obsesión por lo urbanita y nos diéramos cuenta de lo a gusto que nos hacen sentir las vigas de madera vista, las paredes de piedra o esos muebles de madera artesanales que se funden con el resto de la casa.

Un rústico más luminoso

El rústico que marca tendencia se ha abierto a la luz con ventanas y aberturas más grandes y una paleta cromática suave. Siguen siendo colores vinculados a la naturaleza –tierras, verdes, grises...– pero en sus tonos más claros y matizados. La luz es un bien que debe mimarse desde todos los ángulos.

La madera se mantiene como el compañero inseparable del estilo rústico, tanto para el suelo como para el techo. Sin embargo, donde antes había maderas (y barnices) oscuras, ahora se imponen las variedades de tonalidades intermedias, los decapados e incluso un look blanco total que se inspira en el tan de moda estilo nórdico.

Mobiliario rustic-chic

Los muebles, por su parte, se han adelgazado. Han dejado de ser piezas voluminosas y muy pesadas, en clara sintonía con las dimensiones de las casas de campo de antes donde si algo sobrababa eran metros. Ahora se lleva un mobiliario de líneas más puras y estilizadas. Eso no significa que una cómoda recuperada o una gran mesa tocinera para el comedor no tengan su sitio en este nuevo rústico. Todo lo contrario. La mezcla de estilos crea ambientes más personales y no tan "monolíticos". Así que, piezas escogidas y con historia, ¡por supuesto! Pero en su justa medida para no recargar la decoración.

Materiales naturales

Paredes y techos, como siempre, desnudos: piedra o ladrillo visto y vigas de madera. Tras años ocultando el "esqueleto" de las casas detrás de capas de yeso y falsos techos, ahora se impone la reinvindicación de la "historia". Y si esa historia está hecha de piedra y madera, ¡que se exhiba con orgullo!

Y nada mejor para arropar la piedra y crear atmósfera más acogedoras que envolverse de mantas mullidas mientras uno descansa en el sofá. ¿Las alfombras? ¡Que no falten! Vestirán y harán la pisada más cálida, sobre todo si el suelo es de barro. Algodones, lana, lino... ¿Ante la duda? Apuesta siempre por lo natural. Se lleva en todo.

Los detalles también cuentan (y mucho) a la hora de crear un escenario natural y con sabor tradicional. Cestas de mimbre, una vajilla o una jarra de cerámica antigua, una gran manta a cuadros, ramos de verde... Todo aquello que te haga desconectar de tu lado más urbano será más que bienvenido.

Con esta carta de presentación, es difícil resistirse al encanto de lo rústico. ¡Sobre todo tras ojear nuestra galería! Desde recibidores y cocinas hasta salones, dormitorios o baños. No hay rincón de la casa que se escape a esta "nueva vieja" tendencia. ¿Te apuntas?

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