9 tendencias retro (que estaban en la casa de tu abuela) vuelven ahora para renovar el salón

La boiserie nació en los palacios franceses del siglo XVII como un lujoso revestimiento de madera tallada que cubría las paredes. Más tarde, evolucionó hacia diseños más funcionales con estanterías y vitrinas integradas. Durante décadas, fue un símbolo de distinción y calidad en la decoración, aunque con el tiempo cayó en desuso. Ahora vuelve con fuerza, ya sea en su versión más natural, como vemos en la imagen, o neutros sofisticados que la actualizan sin perder su esencia clásica. Si tienes la suerte de encontrar una boiserie original en una vivienda antigua, los expertos recomiendan restaurarla y darle una nueva vida con una capa de pintura.

Las molduras y cornisas son sinónimo de elegancia y clasicismo. Y aunque en algunos momentos de la historia se han considerado recargadas, ahora se reinterpretan de forma más minimalista. En los salones modernos, se utilizan para aportar textura y profundidad sin necesidad de sobrecargar el espacio. Las opciones van desde paneles geométricos sutiles hasta cenefas clásicas en techos altos. La clave está en combinarlas con colores neutros o suaves para que el resultado sea elegante y actual.

Las butacas del salón pueden ser las responsables de definir el estilo decorativo que más te guste y pocos muebles evocan tanto la comodidad como los sillones orejeros. Y aunque nunca han desaparecido del todo, los modelos que ahora vuelven son los de toda la vida: robustos, con respaldos altos y brazos generosos. Eso sí, la clave para darles un aire moderno está en la tapicería. Optar por tejidos como el lino, el terciopelo o incluso estampados, como este cuadro ventana que aparece en la imagen, pueden transformar por completo este clásico del diseño. Así, lograrás mantener su esencia pero adaptándolo a un salón actual.

Quien tiene un buró de herencia - como ocurre en la casa de la imagen - tiene un tesoro. Y si no lo tienes, que sepas que vuelven a estar de plena actualidad desde el auge del teletrabajo y que en el mercado existen cada día más diseños de este tipo. Son escritorios que aúnan belleza y practicidad, algo imprescindible para incluirlo en un rincón visible del salón, sin tener que recurrir a las mesas de escritorio simples y sin personalidad. Además, muchos incluyen una tapa o persiana abatible que permite ocultar el espacio de trabajo cuando no se usa, lo que lo hace ideal para salones actuales donde el orden es clave.

Las llamadas patas Chippendale, que reconocerás por sus formas curvas y ornamentadas, son un sello de identidad de los salones de antes, de esos de toda la vida inspirados en épocas pasadas, con mobiliario que hacen guiños a los muebles del siglo XVIII. Podemos ver estas formas en el remate de las mesitas auxiliares, consolas o butacas como la que vemos en la imagen, con su reposapiés a juego. Si ya dispones de este tipo de piezas y quieres actualizarla, basta con elegir una tapicería en tonos neutros y, si acaso, dar un repaso a la estructura de madera en caso de que esté deteriorada. Sino, hay múltiples opciones hoy en día que recrean este tipo de piezas.

Los cestos de mimbre, ratán o esparto han estado presentes en las casas de nuestras abuelas durante décadas y ahora se han convertido en un must-have en los hogares actuales. Si bien es cierto que nunca se acabaron de ir de nuestras vidas, hoy son imprescindibles por su capacidad para llamar al orden y dar el punto acogedor necesario a nuestro salón. Son perfectos para organizar mantas, revistas, como macetero o leñero, tal y como vemos en la imagen, aportando calidez y textura a cualquier rincón. Su gran ventaja es que encajan en todo tipo de estilos, desde el rústico hasta el nórdico o el boho, y su material natural los hace ideales para crear espacios acogedores y sostenibles. El sabor artesanal de la tradición siempre debe estar presente.

Los sofás con detalle de claveteado en los bordes son un clásico que regresa con fuerza. Esta técnica, utilizada tradicionalmente en tapicería artesanal, consiste en fijar la tela o el cuero con tachuelas metálicas, aportando un acabado refinado y elegante. Es frecuente verlo en sofás de estilo Chesterfield o en butacas tapizadas con terciopelo o piel. Hoy, esta técnica se mantiene viva y se reinventa en piezas de inspiración clásica que encajan perfectamente en salones modernos, como vemos en la imagen, donde un sofá azul de terciopelo claveteado es el gran protagonista de la estancia.

A veces, un pequeño detalle puede transformar por completo un mueble. Los tiradores con acabado envejecido, de latón, bronce o cerámica, son un guiño al pasado que añade personalidad a aparadores, cómodas, vitrinas o cualquier mueble auxiliar que quieras poner en el salón. Puedes optar por modelos ornamentados si buscas un aire más clásico o versiones más sencillas para un look vintage actualizado. Son perfectos para darle una segunda vida a muebles antiguos o para aportar un toque especial a piezas nuevas.