12 terrazas de estilo ibicenco con ideas fáciles para copiar
El estilo ibicenco vuelve a brillar cada verano, sobre todo en exterior. Las terrazas que abanderan este estilo son luminosas, frescas, relajantes e informales y estrechamente ligadas al mar, al color blanco y a la naturaleza
Periodista especializada en decoración, moda y lifestyle
Actualizado a 18 de julio de 2024, 15:20
El Mueble
El blanco es el color base por excelencia de las terrazas de estilo ibicenco que muestran su mejor versión de cara al verano. La magia de la isla Pitiusa envuelve los exteriores con un halo de sencillez y desenfado para disfrutar la vida en clave slow. Estos porches abanderan el uso de materiales naturales, tejidos fluidos que ondean con la brisa, elementos ecológicos y orgánicos, piezas artesanales y mucha vegetación. Te damos algunas ideas muy El Mueble para conseguir esta atmósfera en tu terraza de verano - ya sea en la ciudad, el campo o cualquier otro destino costero-.
Es un hecho que en las terrazas típicas de Ibiza los muebles de obra encalados son casi una seña de identidad que contribuye a crear una estampa pintoresca de la isla. Los sofás son las piezas estrella, cubiertos de colchonetas y cojines, pero también encontramos armarios, bancos, estantes u hornacinas que se integran de manera natural en la propia construcción y crean armonía visual.
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Porche con zona de comedor, bancos de madera, lámparas de rafia y cubierta de caña
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Cubiertas de caña
Las cubiertas de caña son muy habituales en las casas tradicionales ibicencas. Sus bondades son proteger del sol sin renunciar a una ventilación natural, algo inherente a las cubiertas vegetales como éstas. Por ese motivo, la sensación de frescor está asegurada. Y es que el cañizo es el material autóctono estrella. Hay quienes lo dejan en su color natural y quienes, como vemos en esta imagen, lo pintan de blanco y lo unifican con las vigas.
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Silla Acapulco, de Catalina House.
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En modo chill out
Quien tiene una azotea sobre el mar tiene un tesoro y eso lo saben en esta casa de Formentera con vistas 360 al Mediterráneo. Por eso, habilitar aquí un chill out ha sido una decisión acertada. Se ha decorado según el espíritu bohemio y desenfadado de la isla, con cortinas vaporosas para resguardarse del sol, sencillos muebles con base de madera y una original silla Acapulco, que siempre inspira verano. Todo, bajo una pérgola confeccionada con troncos de sabina, el árbol típico de la zona. La conexión con el entorno natural es tal que la terraza cuenta con una zona con arena de la playa cercana.
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Mobiliario de Point y puffs de Pantay.
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Una terraza blanca
Esta terraza blanca por los cuatro costados deja el protagonismo al mar, que se adentra en ella a través de una barandilla acristalada que difumina los límites entre una y otra. Los toques de color se reservan para los textiles. Como casi siempre, menos es más.
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Mesa de centro, butaca blanca y lámparas de sobremesa, de Carina Casanovas. Puf, en Els Encants.
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Contraventanas de color
¡Qué paz refleja este porche! Los tonos pastel dulcifican su imagen. Lo vemos en los textiles y en los cuarterones de las ventanas, pintados en azul celeste. Son un guiño a la tradición de las islas bañadas por el Mediterráneo y siempre encajan bien en este tipo de terrazas. Fíjate en cómo los muebles de obra casan perfectamente con las butacas de fibras y la mesita reciclada. La buganvilla, que tampoco falte.
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Mesas de centro Mastholmen, pufs Alseda, butaca de yute Stockholm 2017, lámpara solar Solvinden, cortina Idamarie, lámparas de techo Torared y alfombras, todo de Ikea.
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La Ibiza de interior
Hay dos Ibizas, la que está a pie de costa y la que está en el interior, la más desconocida, donde se disfruta de una vida lenta y de la esencia más tradicional de la isla Pitiusa. Este porche es fiel reflejo de ello, con sus vistas al campo y esencia 100% natural que se funden con los materiales de fibras, las vigas de madera y las plantas.
Muchas veces, las casitas encaladas ibicencas ceden el protagonismo a otro tipo de construcciones tradicionales levantadas en piedra seca, muy típicas de Baleares. En esta vivienda se recuperaron los viejos muros tras la reforma, invitando a sus propietarios a disfrutar de la vida lenta de la isla. El entorno, las vistas, las cortinas que ondean con la brisa y la esencia campestre que se respira también en la isla Pitiusa nos hacen bajar el ritmo.
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Sofá de bambú de Miv Interiores.
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Buganvillas, siempre
Si hay algo que puede competir con la belleza del mar es un porche repleto de buganvilla. Su característico manto fucsia es un deleite para los sentidos cuando difumina con las paredes encaladas y el azul del horizonte. ¡No pueden faltar en una terraza ibicenca!
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Terraza con vigas pintadas y blanco azul
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Estética boho
Asociamos las casas ibicencas a un color blanco impoluto, cada vez más minimalista y sofisticado. Sin embargo, las casas de antaño, las que mejor encarnan esa estética hippy que abraza la isla desde hace décadas, tienden a incluir elementos de color y piezas rústicas que las hace tener un aura única y especial. Podría decirse que siguen las directrices de la estética boho, con pufs y cojines por el suelo, muebles de madera pintados a manos en colores llamativos, farolillos, alfombras kilim, detalles étnicos o piezas artesanales de decoración... Todo, colocado de forma desenfadada para crear ambientes relajados y alegres.
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Sofás de mimbre, de Casa Todi, con cojines de Ralph Lauren. Alfombra de sisal, en S'Oliver.
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Esencia marinera
No es redundante: si tienes una casa cerca del mar es una excusa perfecta para reafirmarlo a través de los textiles. La esencia marinera manda y las rayas, el blanco y el azul reclaman su protagonismo. Desde Ibiza, este porche nos invita a pasar largos momentos de tranquilidad.
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Mesa de centro, de Merca&Cía. Taburetes, de Filocolore. Alfombra de Gra. Cortinas de esparto, de Cado.
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Persianas de yute trenzado
Echando una ojeada por las casitas encaladas que visten de blanco la isla Pitiusa podrás observar que muchas tienen un denominador común: grandes persianas de yute trenzado protegiendo los porches y las terrazas del sol. Reafirman su esencia artesana, son tremendamente prácticos rebajar unos grados la temperatura y son decorativos por sí mismos.
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Alfombras de Carolina Blue.
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Un balcón al mar
Una terraza pequeñita se puede convertir en un paraíso si es, literalmente, un balcón al mar. El decorador Pablo González ha aplicado las directrices de una casa ibicenca para hacerla más confortable: un pequeño blanco de obra, alfombras redondas de yute, un pequeño toldo plegable de madera para dar sombra y muchas plantas.
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Sillas patinadas, con asiento de fibra vegetal y mesa de centro de hierro, en Catalina House. Mesa de madera de robre, realizada a medida.
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Donde el tiempo se para
A Ibiza y Formentera las separan unas cuantas millas, pero son dos islas hermanas unidas por el Mediterráneo. Comparten esencia, como vemos en esta terraza situada en La Mola que cuenta con las mejores vistas de la pequeña Pitiusa. El placer está servido desde la zona de estar con sofás de obra y el comedor de estilo rústico en madera. En lugares así, sobran las palabras.