Este es el secreto para que un salón de estilo natural NO pierda elegancia: 12 fotos lo confirman

Lo primordial para que un salón tenga un aire natural es que su base sea neutra. La nota elegante la ponen esos toques que le dan personalidad. La distribución simétrica de este de la imagen, en blanco y gris, proporciona orden y armonía: dos estanterías, dos sofás, dos pufs... La lámpara y el espejo, sofisticación y la madera, calidez. 

Un salón alrededor de la chimenea siempre resulta elegante y acogedor, como este reformado por la interiorista Cristina Ferreres. Empotrada en un mueble o en la pared, la chimenea es un elemento sutil que crea ambiente.

El toque natural viene gracias a la presencia de la madera clara, en las vigas y la mesa de centro, y la fibra, en el puf y la alfombra. 

Un salón elegante es aquel que contiene los muebles justos, sin artificios ni sobrecargas. La interiorista Asun Antó, responsable del proyecto, eligió dos sofás con formas redondeadas que le dan actualidad y dinamismo. Para el toque natural, además de su base neutra en gris y beige, optó por el verde, ya sea en el color elegido para los textiles como en la presencia de plantas y árboles, dentro y fuera de la casa. 

La madera, además de ser un material cálido y natural, puede ser elegante. Y prueba de ello lo tenemos en este salón proyectado por Marta Tobella. La interiorista la empleó en la mesa de centro y en el mueble bajo tan estiloso apoyado en una pared de palillería. Un sofá rinconera y unos pufs lo completan. El resultado es un salón atemporal y muy equilibrado, capaz de resistir el paso del tiempo.

La base neutra que todo salón natural debe tener debe dinamizarse de alguna manera. Puede ser con un sillón o con un mueble estiloso. Mar Marcos y Olga Gil-Vernet han optado aquí por lacar la librería en un color azul verdoso que le da un toque sofisticado y personal. ¿Un detalle más de elegancia? Los apliques dorados. 

Ya el techo abuhardillado a dos aguas pintado en blanco y gris le da un carácter especial a este salón estiloso. El Estudio Blackshaw Interior Design lo amuebló con un mullido sofá en L que invita a relajarse, dos butacas y una mesa de madera y cristal. El toque natural lo aportan las plantas, la madera clara y la generosa alfombra en color topo que viste el suelo.

Contar con un jardín o un patio lleno de plantas es un plus. Este salón, diseñado por Lucía Belio y Pablo Cascallana, ganó estilazo de la forma más natural: rodeado de verde. El suelo de mármol, un sofá amplio, unas butacas modernas y mesas redondas le dan un toque elegante, dinámico y moderno.

En este salón rústico, la base no es clara pero sí neutra. Un estiloso y elegante gris domina la estancia, en la chimenea, en el sofá en L y en parte de las vigas de estilo industrial.

El estudio Space Stage ha logrado dulcificar y dar un aire natural al salón con el resto de las vigas en madera natural, las baldas y algunas piezas de cerámica imperfecta que se integran muy bien.

Un salón en contraste es un salón elegante. La interiorista Elena Castells pintó las carpinterías en un azul índigo dándoles un toque sofisticado. Para equilibrar, el resto de elementos y los textiles se eligieron en tonos claros. Con ellos y con materiales de calidad se aseguró el toque natural.

La presencia de cuadros, esculturas o tapices en el salón siempre elevan su nivel. Para darles un toque natural, elígelos en colores terrosos, a juego con los textiles, como ha hecho aquí la interiorista Sandra Vergara. Un cuadro en tonos grises y granates armoniza con los cojines del sofá, la madera clara de la mesa y el panelado de listones. 

Este salón diseñado por Asun Antó resulta sutilmente elegante gracias a su base neutra, la chimenea que acoge y la presencia, en contraste, de unos sofás enfrentados en color gris.

La atmósfera que se respira es de serenidad, calidez y naturalidad por la presencia de madera y los toques verde en textiles y plantas.

Paredes blancas, sofá de lino natural y colores terrosos para los detalles es el truco que la interiorista Natalia Zubizarreta ha puesto en marcha en su propio salón. Una estancia clásica que rezuma elegancia con su composición de cuadros y la elección de las lámparas de sobremesa y la alfombra clara sobre moqueta.