Cómo decorar con muebles vintage: 16 muebles únicos con los que sumar estilo en casa

Una alacena en el comedor es práctica, decorativa y, en tonos neutros o de madera natural, da calidez y personalidad. "Si quieres conseguir un look más rústico o provenzal, debes quitarle el tono oscuro y el brillo y dejar que la madera natural para que luzca su tono y veta", aconseja Mizrachi. ¿Nuestra propuesta? Ponle macetas de barro con plantas y una colección de vajilla o botellas de cristal.

En esta cocina la mirada se detiene en este aparador, una pieza recuperada de una antigua bodega. Se ha restaurado, pintado y completado con un sobre de mármol. Ahora sirve de isla de trabajo a la vez que separa visualmente la zona de cocina del office. 

Los muebles recuperados con muchos cajones y compartimentos, como un secreter, son perfectos en el recibidor. Ofrecen espacio para guardarlo todo en su lugar (gafas, llaves, cartas...) y, si tiene tapa, mantiene el orden sin que todo quede a la vista. Además, una pieza antigua siempre es un golpe de efecto decorativo nada más entrar en casa. Encuentras uno similar en Estudio Restauración. Una idea: crea un rincón chic acompañado tu secreter con un cuadro, un ramo de flores y una lámpara... ¡Qué bonita bienvenida!

Esta alacena es la estrella de la cocina. Se trata de un mueble original de la casa que, con la reforma, se ha conservado para sacar de ella su mejor cara. Se ha restaurado dejando la madera desnuda y la trasera se ha revestido de un decorativo papel pintado. Con los muebles modernos de la cocina crea un contraste de lo más decorativo. 

"Un aparador es muy útil en el comedor para guardar vajilla y manteles dar un aspecto más completo", explica Mally Mizrachi, decoradora y restauradora del Studio Alis. ¿Otro lugar donde queda genial? En la entrada o en el pasillo. Además de regalar mucho almacenaje, puedes decorar su sobre con espejos y ganar luz y sensación de espacio. Un truco: si quieres un aparador en una zona de paso estrecha, puedes recortar su fondo. También hay modelos muy estrechos.

Ahora que teletrabajar está en el orden del día, los antiguos burós se han convertido en una pieza de lo más deseada para crear un rincón de despacho decorativo. Estos muebles reúnen en una sola pieza espacio de trabajo y mucha zona de almacenaje, gracias a sus múltiples cajones. Además, al contar con una persiana, cuando se usa, queda todo recogido y oculto a la vista. Con el plus de ser muebles decorativos por sí solos. 

Hay piezas que son un tesoro. Y este mueble de imprenta o chivalete es una de ellas. Se trata de un mueble de oficio tan decorativo como práctico, gracias a sus múltiples cajones pensados para tener en orden las diferentes tipos. 

Este mueble es la pieza destacada del despacho de los arquitectos Ana Blanco y Fran Mengíbar. Combina una zona de baldas con un cajones y grandes huecos perfectos para tener en orden documentos, muestras y catálogos de trabajo... La hilera de cajones es un gran aliado para guardar lo más pequeño y contribuir al orden. 

Este recibidor rústico en forma de túnel de tradicional bóveda catalana en piedra pedía una pieza especial. Y la decoradora Chari Manzano la encontró en un antiguo mostrador de mercería restaurado en verde y reconvertido en consola. 

Aunque parece un escritorio, en realidad es una mesa tocinera de herencia que cumple con esta función a la perfección. Con alas abatibles y cajones en los laterales queda genial junto a la librería a medida, diseñada por Deulonder Arquitectura Domèstica. La ventaja de estas mesas es que son prácticas y tienen mucho encanto "que procede de su aspecto envejecido original", añade Mally Mizrachi.

Las cajoneras y las cómodas han dejado de ser piezas exclusivas del dormitorio para colonizar todos los espacios de la casa. En este salón, se le ha buscado un lugar destacado a esta preciosa cajonera antigua. Además de ser una pieza de gran valor estético, es muy práctica gracias a sus cajones, un aliado del orden en el salón. 

Este escritorio viste por sí solo este recibidor. Se trata de una pieza pintada a mano del siglo XVII, que enmarca el recibidor, le suma carácter sin con ello reunciar a la practicidad, gracias a sus grandes cajones, su frente abatible y sus cajoncitos perfectos para guardar desde las llaves hasta la correspondencia. 

Los muebles de oficio son un auténtico filón a la hora de decorar la casa y sumar estilo y practicidad. Este aparador, donde lo ves, era un antiguo camisero restaurado y reconvertido en un mostrador con mucho encanto para la cocina. Sus cajones y múltiples compartimentos lo convierten, además, en una pieza súper práctica para mantener en orden la cocina. 

El antiguo mostrador de una tienda se ha convertido en la pieza estrella de este dormitorio rústico. Es cabecero por un lado y zona de almacenaje para las toallas por el otro; hace de separador entre la zona de descanso y el baño; y, además, su superficie sirve de mesita de noche para libros y lámparas. Un mueble 4 en 1 con todo el encanto de las piezas antiguas. Cuando un mueble antiguo está en buen estado vale la pena conservar sus colores originales, como aquí en verde y gris.

Originalmente usadas para guardar la ropa en el dormitorio, las cómodas pueden cumplir la función de mini aparadores en el salón. Además, son perfectas para crear un rincón muy acogedor. "El truco está en acompañarla con diferentes objetos o muebles de tonos similares y materiales naturales para conseguir un aspecto cálido", explica Mally Mizrachi del Studio Alis. 

No solo puedes ubicar un mueble antiguo fuera de su zona habitual, también puedes darle un uso distinto, como esta cómoda convertida en mueble de baño. Para hacerlo, hay que recortar parte de los cajones para pasar la fontanería. Con un lavamanos de sobre encimera queda decorativo, es más sencillo de hacer y el mueble gana altura. Cómoda comprada en Wallapop, con lavamanos de Leroy Merlin. El chalk paint o pintura a la tiza es una opción rápida y efectista cuando quieres pintar un mueble sin decaparlo antes.