Cómo elegir jardineras e ideas para decorar con ellas

Aunque las hay de muchas formas, tradicionalmente se le llama jardinera al tipo de recipiente alargado en el que se colocan flores y plantas. Son típicas en balcones y terrazas, aunque también pueden tenerse en el interior. Son la mejor alternativa para patios y terrazas alicatados, en los que no se pueden poner plantas directamente en el suelo.

Aunque en esencia son lo mismo, las macetas suele emplearse para plantas individuales. Mientras, una jardinera ofrece a la planta la oportunidad de crecer hacia los lados, creando un efecto muy atractivo, ideal para imitar un jardín en los lugares más insospechados. Como el paisajista Ignasi Bisbe hizo en esta terraza urbana. 

Bien pueden formar parte de la propia arquitectura –como en la imagen– o ser independientes. En realidad, son macetas grandes y, muchas veces, alargadas que sirven para cultivar varias plantas u otras que en una pequeña no podrían desarrollarse bien. Son geniales para disfrutar de un jardín frondoso en un ático, una terraza y hasta un patio sin tener demasiados elementos que puedan molestar. Como aquí, que se ha llevado la frescura de las plantas mediante una jardinera de obra que hace las veces de respaldo. Su único problema es que o son fijas o pesan demasiado, por lo que hay que pensar bien dónde colocarlas antes de plantar nada.   

Si por algo destacan es porque ofrecen un control absoluto del crecimiento de la planta. Si tienes miedo a que las raíces puedan estropear el solado o agrietar –muchas veces irremediablemente– el suelo, opta por colocar unas jardineras con las que puedas controlar cuánto crece la planta. Hay varios árboles frutales que puedes cultivar en maceta. 

Si te gusta el encanto de las casas rústicas, las jardineras de barro son tu opción. Es un material poroso que evita que el agua se encharque en las raíces. Es el material perfecto si la planta va a estar expuesta a la lluvia, de manera que pueda evacuar el exceso de agua. Aunque, precisamente debido a que absorbe el agua, si no llueve habrá que aumentar el riego. Entre sus desventajas: su peso y su escasa resistencia a las heladas, que pueden hacer que la jardinera o maceta se rompa.

Son la opción más económica. Aunque las relacionamos con diseños bastante feos, la realidad es que las hay muy modernas, con divertidos y alegres colores perfectas para dar vida a cualquier rincón. Y muchas vienen con bandeja para reserva de agua. Su desventaja reside en la falta de aire que proporciona a las raíces, por lo que se debe transplantar las plantas con mayor frecuencia.

Ofrecen un aspecto cálido y natural. Son muy duraderas y resistentes a las inclemencias del tiempo, además protegen las raíces de las heladas. Son algo más ligeras que las de barro pero menos que las de plástico. Eso sí, ten en cuenta que si tiene algo plantado serán demasiado pesadas para intentar moverla uno solo. Si se emplea directamente como maceta, es recomendable forrar su interior con malla geotextil o antihierba. Elige maderas tratadas especialmente para exterior para evitar la aparición de hongos e insectos.

Es el material más resistente y el que mejor conserva la humedad. Son las más tradicionales y dotan de un aspecto clásico y distinguido. Entre sus desventajas: con el tiempo acaban variando su color debido a la humedad y son muy pesadas. Actualmente hay diseños más modernos con las mismas propiedades de siempre.

Las jardineras de cemento son impermeables y bastante económicas. Además, mantienen bien la humedad de las raíces. Son muy pesadas, por eso lo habitual es que sean de obra. Como se ha hecho en esta terraza que al tiempo que jardinera es un banco con almacenaje. ¡Tres en uno!

Son ligeras, duraderas y más resistentes que las de plástico. Aguantan bien los cambios climatológicos. Ofrecen muchos diseños, colores, tamaños y estilos. De manera que siempre encontrarás la que encaje con el resto de la decoración de tu terraza o jardín. Son algo más costosas, pero también duran más que las de otros materiales.

Suelen emplearse como cubrejardineras por su esencia decorativa. Ofrecen muchísimos diseños, desde los más modernos a vintage. Son ligeras, aunque con el sol se calientan y, con el tiempo, pueden llegar a oxidarse. 

Al igual que con el cemento, la madera es también un material perfecto para hacer unas jardineras a tu gusto. Para que sea resistentes, se aconseja forrarlas con una malla geotextil y proteger la madera con algún tratamiento para evitar hongos.

Es una de los sitios en los que más se ven este tipo de jardineras pequeñas. Balcones, ventanas y terrazas son un excelente muestrario de cómo tener un exterior florido en poco espacio. Aunque pueden colgarse hacia el exterior, si vives en una zona con mucho viento, ponlas hacia dentro. Te evitarás disgustos.

En algunas terrazas se colocan las jardineras a lo largo de todo el perímetro para plantar pequeñas plantas arbustivas que sirvan de parapeto. Vale lo mismo si son de obra o individuales. Disfrutarás de su frescor y conseguirás la intimidad que buscas.

Otra de las utilidades de las jardineras es que permiten disfrutar de todas las ventajas de las plantas en cualquier sitio. También junto a la piscina. Tanto si el suelo que rodea la piscina no lo permite como si no quieres arriesgar a que las raíces terminen llegando al vaso, las jardineras serán tus aliadas para darle a tu piscina un plus de vegetación.

Si tienes una terraza de cierto tamaño, plantéate hacer una pequeña jardinera de obra con cemento. Será como tener una cama de cultivo durante todo el año. Planta unas aromáticas y te asegurarás aromas frescos en tu cocina siempre que quieras.