Casas de lectoras: el impresionante ático de 350 m2 de Pilar en Huesca

Pilar Alfaro vive en un céntrico ático en Huesca con su marido y sus dos hijos Esteban y Julia. Tras el nacimiento de su primer hijo, ella y su marido decidieron cambiarse de casa. "Vi un anuncio de la que ahora es nuestra casa en una inmobiliaria. Concertamos una cita y fuimos a verla. Se trataba de un piso amplio en pleno centro de la ciudad y con una terraza mucho más grande de lo que habíamos soñado (200 m² útiles interiores y 150 m² de terraza). El flechazo fue instantáneo. Nada más verlo supe que ese sería nuestro hogar", confiesa nuestra lectora.

"El papel de la entrada fue de lo que más me costó encontrar. Quería algo que trasmitiese serenidad, que quedase bien con el tono ya elegido de las paredes y que, a su vez, permitiese destacar esa estancia que considero esencial, en la medida que es la que contribuye a formar esa primera impresión. Tanto el papel como el sofá blanco (que se abre a modo de baul) es de Kapra decoración; en particular el sofá es un prototipo diseñado por esa empresa. Otro reto de la entrada era tapar dos enormes cuadros de luz e internet, ubicados a ambos lados de la puerta. Con ayuda del estudio de interiorismo de Rosa Casals diseñamos unos espejos en los que se utilizó para el marco restos sobrantes del papel de la entrada. En cuanto al cuadro que preside la entrada lo adquirí en Artenet".

Pilar define así esta zona: "La pieza clave fue lacar de blanco la madera que lo envuelve. Con ello el salón ganó en luminosidad y amplitud. Los muebles eran los que tenía en el otro piso, aunque tapicé las sillas en color rosa, pusimos una alfombra a juego y una lámpara (todo ello de Rosa Casals)".

En esta fotografía, nuestra lectora nos deja claro lo importante de los detalles. Las plantas aportan naturalidad y calidez a esta casa, en la que predomina el blanco en todas sus versiones.

Que obtienen gracias a la ventana que hay justo detrás del sofá. Para nuestra lectora, esta es "una casa perfecta para disfrutar en familia".

Como nos gusta en El Mueble, el sofá de Pilar está repleto de cojines en tonos blancos, rosas y azules. Llama la atención el pequeño mueble con dos cajones en tono verde claro que está en el lateral del salón.

"La cocina fue diseñada por Muebles Picontó. Las premisas de las que partía eran: colores claros que diesen luminosidad a la estancia y que no hubiese baldosas. También quería que la lavadora estuviese separada de la zona de cocción. Para ello se diseñaron unas puertas correderas tras las cuales se encuentra la zona de plancha (lavadora, secadora y armarios para productos de limpieza)", explica nuestra lectora.

La cocina es suficientemente grande para tener una mesa con cuatro sillas. De esta manera, se puede hacer vida en esta estancia, en la que tantas horas pasamos al día.

"Todo el piso está en colores claros. Esto también lo tenía claro desde el principio. Aportan tranquilidad, luminosidad y amplían cualquier estancia. El uso de estos tonos implicó un cambio radical con el aspecto original de la casa, que era de puertas oscuras, salón rojo, habitaciones de colores intensos… En el momento que unificamos el tono y pusimos todo en colores claros la luz se multiplicó. La casa ganó en amplitud y luminosidad. El cambio fue impresionante. Es increíble cómo un solo color es capaz de transformar tanto una estancia", cuenta Pilar, que en esta imagen disfruta de un momento divertido con sus hijos en la cocina.

Como nos explicaba antes Pilar, las puertas correderas del fondo es donde se enconde la zona de la lavadora, un espacio separado de la zona de cocción.

Para su cuarto, nuestra lectora lo tenía claro: "El arco de la entrada me pedía algo romántico. Así que elegimos un papel de flores, en tonos rosas, y decidimos empapelar hasta el techo, lo que da una sensación más envolvente y romántica que me encanta". Y añade: "El papel y el espejo ventana es de Kapra decoración. El resto de muebles pertenecen a Rosa Casals".

Y si lo que nos llama la atención del pasillo de entrada de la habitación es el papel pintado, Pilar sigue con este estampado en la cama, con los cojines. Este dormitorio es de estilo vintage.

"Quería transmitir tranquilidad y dulzura, para lo que elegí un papel en tonos azules de Ralph Lauren. Lo que más me gusta de la habitación es el armario azul", dice nuestra lectora.

Y nuestra lectora nos cuenta por qué: "El armario azul lo vi en un rastro. Estaba allí, en una esquina, envejecido, sucio y con un cartelito que ponía '50 €'. No lo pensé ni un minuto. Ese mueble iba a ser para mí y, además iba a quedar precioso. Lo limpiamos, lo restauramos y lo pintamos de azul decapado (la restauración corrió a cargo del Taller de la Pintura). Es un armario especial, con personalidad. Me encanta".

"Ésta era la estancia que más ilusión me hacía. El diseño, aunque pueda sorprender, lo tenía claro desde antes incluso de tener niños. ¿La culpable? Por supuesto, la Revista el Mueble. Tenía unos archivadores en los que iba guardando recortes de vuestra revista. Allí estaba el cuarto de juegos que quería para los niños. En uno de los recortes estaba el mural del principito (que no sabéis lo que me costó encontrarlo). En otro, la estantería con la pizarra. Con el recorte en la mano fui a Muebles Picontó para que me lo hiciesen. Una gran alfombra, de la misma tienda, completan la decoración de la estacia", explica Pilar.

Está claro que la zona de juegos es una de las favoritas de nuestra lectora, pero también de sus hijos. Lo tienen todo muy bien organizado para disfrutar de tardes de juegos y risas en familia.

"Si tuviese que elegir una estancia esta sería la terraza. La disfrutamos muchísimo. Es espacio de desayunos, de cenas, de veladas y, sobre todo, de juegos, de muchos juegos", confiesa Pilar.

"Mitad de la terraza, aproximadamente unos 80 metros, instalamos césped artificial. Esta es la zona que podemos calificar 'de estar'. Aquí hay un comedor con mesa extensible para unas 10 personas. Junto a él, hay un mueble de obra, con armarios y un fregadero. Todo ello bajo un porche cubierto. También instalamos una zona de estar con una mesita y sillones".

Aquí se puede ver con más detalle la zona cubierta de la mesa. La otra parte de la terraza "unos 70 metros, los dejamos con el pavimento original (embaldosados), libres de césped, para que los niños puedan correr libremente con las bicicletas", añade Pilar.