10 ideas fantásticas para modernizar una casita de pueblo: más cómoda y más estilosa
La naturaleza es el mejor telón de fondo para estas casitas de carácter tradicional. Si tienes la oportunidad de poder reformar una, cuida los detalles, respeta su historia y refuerza su esencia rural con estas claves geniales
Periodista especializada en decoración, moda y lifestyle
Actualizado a 23 de julio de 2024, 09:17
Ideas geniales para restaurar una casa de pueblo.
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La magia de los pueblos y su encanto rural es algo que atrae cada día a más personas. De ahí el auge por reformar casas de herencia o comprar antiguas viviendas tradicionales para darles una segunda vida en unos entornos que empezaban a estar destinados al olvido. Dar un lavado de cara a este tipo de construcciones es todo un reto y, a la vez, una oportunidad única para imprimir en ellas el confort actual sin perder su esencia rústica. Suelen tener una historia rica y una estructura única que se pueden realzar con una planificación cuidadosa y un diseño adecuado. Desde la optimización del espacio hasta la incorporación de materiales naturales, hay muchas maneras de actualizar y revitalizar una casa de pueblo . A continuación, te presentamos diez ideas acogedoras y llenas de personalidad para conseguirlo.
Office con lámpara de Decobruc y mesar restaurada por Antic&Chic
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Restaura y potencia las estructuras originales
Uno de los mayores atractivos de una casa de pueblo son sus elementos arquitectónicos originales. Techos con vigas de madera, paredes de piedra, suelos de terracota... son características que deben ser preservadas. El hecho de conservarlos y restaurarlos preserva un trocito de su historia y la autenticidad de la vivienda, aparte de aportar calidez y mucho carácter autóctono. Puedes lijar y barnizar las vigas, reparar las paredes de piedra y pulir los suelos antiguos para darles nueva vida.
Este office define muy bien este concepto, mezclando tradición y modernidad gracias a sus estructuras originales, mezcladas con novedosas carpinterías y muebles actuales con otros recuperados.
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Salón con sofás de Ikea, lámpara hecha con damajuanas y mesa confeccionada con un portal antiguo del barrio madrileño de La Latina, diseño del decorador.
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Abrir los espacios
Las casas de pueblo a menudo tienen una distribución compartimentada y anticuada para las necesidades de hoy en día. Derribar algunas paredes no estructurales para crear espacios abiertos puede hacer que la casa se sienta más grande y luminosa. Un concepto abierto en la cocina y el salón-comedor, por ejemplo, permite una mayor interacción familiar y facilita la entrada de luz natural.
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Office con taburetes de Tine K Home. Sillas de MisterWils.
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Actualizar la cocina con toques modernos
Modernizar la cocina sin perder el encanto rural es fundamental. Utiliza materiales como madera y piedra para mantener el estilo rústico, pero incorpora electrodomésticos modernos y funcionales. Un fregadero de granja, encimeras tratadas de fácil limpieza y gran durabilidad, suelos con guiños de antaño, pero hechos con materiales de última generación (como éste de damero que aparece en la imagen), y estanterías abiertas con cestos y detalles decorativos pueden combinar lo mejor de ambos mundos.
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Dormitorio rústico con vigas de madera blancas y pared de piedra.
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Muebles de obra y almacenaje inteligente para optimizar el espacio
Las casas de pueblo pueden tener habitaciones pequeñas y poco aprovechadas. Los muebles de obra siempre son una clave a tener en cuenta en este tipo de viviendas. Puedes crear bancadas llenas de cojines, hornacinas o, como es el caso, cabeceros que dan un toque rústico al dormitorio y sirven también a modo de repisa para colocar objetos decorativos. Considera también la instalación de soluciones de almacenamiento inteligente, como estanterías empotradas, estructuras de camas con cajones y muebles multifuncionales. De esta manera, cada rincón puede ser utilizado eficientemente.
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Estores de Sacum, igual que el puf de tela y los cestos de fibras. Cojines rojos y plaid beige de La Maison.
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En busca de la luz
La iluminación natural es clave para crear un ambiente acogedor, pero en las casas de pueblo, a veces, brilla por su ausencia. Abre ventanas, cerramientos y puertas acristaladas para maximizar la entrada de luz. Si es posible, instala ventanas más grandes o tragaluces. No tengas miedo abrir la casa al exterior, este tipo de construcciones suelen encajarlo muy bien. Las cortinas ligeras y de colores claros también ayudan a difundir la luz de manera uniforme. Fíjate en la solución tan original que han utilizado en esta vivienda. Los propietarios no querían que fuera la típica casa de montaña, por eso instalaron la chimenea en el eje central de las enormes cristaleras, creando un ambiente mucho más moderno. El punto rústico ya lo ponen las vistas.
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Cocina rústica de color verde grisáceo y paredes neutras.
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Colores neutros (y alguna licencia)
Pintar las paredes en tonos claros y neutros puede hacer que los espacios pequeños se sientan más amplios y luminosos. Los colores como el blanco, beige o gris suave reflejan la luz y aportan una sensación de calma y limpieza. Del mismo modo, los textiles de lino, algodón o yute crean siempre una sensación de lo más acogedora y hogareña, tan característica de las casas de pueblo. ¿El toque de color? Resérvalo para los cojines, las mantelerías o los accesorios decorativos. Eso sí, damos una licencia a las cocinas de color verde grisáceo, tan rústicas, encantadoras y ¡de moda!
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Baño con techo abuhardillado y ventana tipo Velux.
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Los baños, entre lo rústico y lo atemporal
Los baños pueden ser espacios elegantes y funcionales sin perder ese guiño a la tradición. Opta por muebles de baño de madera natural o envejecida, lavabos de cerámica y accesorios de latón o cobre. Los azulejos de estilo vintage en tonos neutros o los suelos de la ducha de piedra, como el que aparece en la imagen, refuerzan su carácter rústico.
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Banco de hierro hecho por el propietario, lámpara de Carolina Blue, alfombra de Materia y colchonetas con respaldo de Cado, igual que el farol.
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A la fresca
Si tu casa de pueblo tiene un porche, patio o jardín, conviértelo en un oasis de tranquilidad. Usa muebles de exterior de madera o hierro forjado y planta flores y arbustos autóctonos. Un rincón con una mesa y sillas bajo una pérgola o un árbol grande puede ser el lugar perfecto para disfrutar del aire libre. Arrópalo con muchos cojines, colchonetas, alfombras o mantas para cuando caiga la noche y refresque. ¿No tienes mucho espacio? Con una repisa de obra en la fachada de casa o un par de pintorescas sillas de hierro será suficiente para disfrutar de esas tardes de verano "a la fresca" y dar a tu casa el carácter de pueblo definitivo.
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Salón con sofás son de Miki Beumala y los cojines proceden de Materia. La mesa es de Merc&Cía.
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Incorpora materiales sostenibles
Optar por materiales ecológicos y sostenibles no solo es bueno para el medio ambiente, sino que también añade un toque de autenticidad y calidad a la reforma. Materiales como la piedra, la madera reciclada y las pinturas naturales pueden integrarse perfectamente en el diseño de la casa de pueblo. Pero, ¿qué hay más sostenible que restaurar lo ya existente? Mira el techo de esta borda de 1870 en Cerler (Huesca). Salió a la luz al hacer la rehabilitación y decidieron mantenerlo, marcando así el estilo de la casa.
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Comedor con mesa de pino de herencia y sillas francesas, de los años 50, de Estudio Mikel Larrinaga.
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Detalles decorativos que cuentan historias
Los detalles hacen la diferencia. Añade elementos decorativos que tengan una historia o que reflejen la cultura local. Antigüedades, artesanía local, textiles hechos a mano y fotografías antiguas pueden darle a tu hogar un sentido de identidad y conexión con su entorno.