10 dormitorios de verano con el encanto del pueblo y del campo
Tienen vigas, madera, ropa de cama mullida, flores, fibras y vistas al jardín. Pero, sobre todo, mucho encanto. Así de cautivadores son estos dormitorios de pueblo. ¿Quieres verlos?
Periodista especializada en decoración, moda y lifestyle
Actualizado a 22 de junio de 2024, 20:44
Dormitorios de verano con esencia a casa de pueblo.
El Mueble
Quien tiene un pueblo tiene un tesoro. Sobre todo, cuando llega el verano y se vuelven a llenar de vida. Las casas rústicas toman protagonismo en la temporada estival, con sus vigas de madera y sus muros de piedra, que las convierten en refugio frente a las altas temperaturas. ¡Qué placer dormir al fresquito cada noche!
De ahí que las habitaciones adquieran relevancia durante esta nueva temporada que acabamos de estrenar. Pero, ¿qué encontramos en un dormitorio de pueblo? No falta la ropa de cama mullida, las mantitas “por si acaso” y unas buenas alfombras a ambos lados de la cama. En los dormitorios de pueblo no faltan las sillas de madera, los detalles de forja, los grandes armarios, las ventanas con vistas y alguna que otra chimenea. La luz natural entra por el día y las luces cálidas se encienden al caer la noche. Ahí afuera, solo el canto de las chicharras y el arrullo de la brisa colándose suave entre las cortinas. Estos espacios respiran encanto campestre, invitándonos a parar el reloj y vivir un verano sin prisa.
Desde El Mueble te invitamos a soñar en estos 10 dormitorios muy El Mueble con sabor a pueblo y a casita de campo.
Dormitorio rústico con vigas de madera y cama con dosel.
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Dormir en una cama con dosel
Dormir en una cama con dosel y bajo un techo entramado con vigas es algo así como el sueño de una noche de verano. Las vaporosas caídas en blanco no solo dan carácter a la habitación, si no que se pueden convertir en una práctica mosquitera para aquellos a los que les guste dormir con las ventanas abiertas. La estructura es ligera y de forja, al igual que la mesilla con acabado envejecido. Una buena alfombra y una mantita de color tinta (a juego con el marco de la ventana), rematan un dormitorio en el que todos querríamos despertar este verano.
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Dormitorio campestre con vigas en blanco y puertas como cabecero.
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Piezas recuperadas
Dime que estás en el campo sin decirme que estás en el campo. La banqueta tosca de madera vieja es la primera señal. El techo de vigas y ladrillo y las puertas recuperadas a modo de cabecero viven una segunda juventud y dan a este dormitorio una pátina vivida y tradicional. Para dar el punto de calidez se han utilizado los tonos tierra de la ropa de cama y las fibras naturales de la alfombra de yute y la silla de madera y enea.
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Dormitorio rústico en buhardilla con paredes de madera
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Estilo 'farmhouse'
Inspirado en las viviendas de los agricultores norteamericanos, el estilo farmhouse vuelve a primera plana de las tendencias con sus paredes revestidas en madera y su irresistible toque nostálgico de un verano en el campo. Las paredes y el techo de este dormitorio abuhardillado están revestidos con tablas antiguas de castaño que se tiñeron de blanco. Tanto acaparan la atención que se ha prescindido de toda pieza que no sea estrictamente necesaria.
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Cabecero, ventilador, pantalla de los apliques, cortinas y alfombras de SVC Estudio.
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Estampados florales por todos los lados
Las flores son para el verano y no tienen miedo al "más es más". Los estampados con estos motivos silvestres tienen licencia para colarse en los dormitorios de pueblo para poner un punto romántico a la decoración. Como suelen ser segundas viviendas, puedes permitirte arriesgar lo que en tu casa de diario no harías. Fíjate en las cortinas maximalistas, a juego de un gran cabecero tapizado. ¿Te has fijado en el cubrecanapé? ¡También es de flores! La mezcla de los rojos, rosas, azules celestes y tierras, con otros estampados (fíjate en la pantalla del aplique) y con fibras naturales siempre es un acierto asegurado. Eso sí, al recargar el ambiente con los textiles, es preferible que la base sea lo más neutra posible. Aquí, se han pintado las viejas vigas del techo abuhardillado de color blanco, restando así peso visual.
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Juego de cama de lino crudo, almohadas verdes y plaid verde de Filocolore. Manta de Zara Home. Cojín de pelo, pufs y alfombra de Calma House.
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Toques verdes
Si quieres meter unas pinceladas de color a tu dormitorio de campo, el verde grisáceo es la opción ideal. Nos conecta con la naturaleza de ahí fuera y siempre consigue potenciar el encanto de cualquier habitación. En este caso, se ha utilizado en la ropa de cama, que tiene muchas capas, y va a juego de la estantería recuperada que vemos a la izquierda. Los pufs sobre la alfombra de yute rematan una decoración perfecta.
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Mesita de noche, en Daviu-Quera. Silla, en Antic Centre. Gerona.
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Como del siglo pasado
Este dormitorio bebe de la influencia del siglo pasado, pero tiene todo el encanto y las comodidades actuales. Comenzando por la pared beige con efecto estuco que, por sí misma, genera una increíble sensación de paz. Por otro lado vemos que, aunque estábamos acostumbrados a ver suelos de ladrillo en exteriores, este material conquista el interior, recuperando esa esencia de antaño que había quedado relegada al olvido.
Los cabeceros trabajados, el espejo en pan de oro, la mesilla y la silla clásicas, aportan muchísima personalidad al espacio, mientras que la ropa de cama, en beige y blanco con puntillas perfectamente cuidada, aligeran el ambiente y dan sensación de frescor y confort.
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Dormitorio de la interiorista Marta Tobella, de Sacum.
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Blanco y simple, ¿para qué más?
Crear un dormitorio con esencia de pueblo es tan sencillo como dejarse embelesar por el encanto de las vigas de madera, en este caso un entrevigado típico catalán, y reducir el resto de elementos a la máxima simplicidad posible. Esto se traduce a un sencillo estante a modo de cabecero, tan práctico como discreto, y a toda la serenidad que ofrece la ropa de cama de color blanco.
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Dormitorio rústico con vigas de madera y muebles recuperados.
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Pon en valor los muebles recuperados
Si estás pensando en renovar el dormitorio de tu vieja casa de pueblo tenemos algo que decirte. Párate a pensar o, más bien, a observar todo aquello que está a tu alrededor. Quizás te hayas topado en un primer golpe de vista con unos cuantos muebles antiguos de madera oscura. Aunque tu primer impulso sea querer librarte de ellos, mira más allá y fíjate en cómo los podrías aprovechar para crear una habitación espectacular.
Suelen ser de maderas nobles y de muchísima calidad que merece la pena proteger, mimar y recuperar, y pueden tener diseños tan diferentes y personales como esta base de cama alta con gran cabecero. ¡Es algo único! Al igual que la enorme cómoda, que también es de herencia. Como los muebles principales tienen tanto protagonismo, nos gusta el detalle de prescindir de mesillas y, en su lugar, abrir una hornacina de obra en la pared para colocar la lamparita de noche. Las paredes encaladas, el suelo de barro y las vigas de madera refuerzan su carácter auténtico.
Dormitorio rústico con paredes encaladas, alfombra de colores y cortinas tupidas.
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Enmarcando el paisaje
Siendo un dormitorio que está en una casa de Asturias, la naturaleza debía ser una protagonista más. Por eso, se enmarcó el exterior con un enorme ventanal y se respetaron las paredes de piedra encaladas en blanco. Además, estas vistas se refuerzan y se abrazan con unas cortinas en beiges, largas y tupidas. Aquí, la alfombra tejida de colores cambia el tono de la decoración y se combina con ropa de cama neutra, plaids y cojines en colores tierra. ¿No es maravilloso dormir bajo las vigas viendo la naturaleza al fondo?
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Dormitorio rústico con vigas de madera en blanco y paredes de piedra.
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Piedra a la vista
Siempre que sea posible, respeta los elementos estructurales del dormitorio y jugarás a caballo ganador. Este dormitorio lo demuestra y también demuestra que no por estar en una casa de campo tiene que ser oscura, ¡al contrario! La pared de piedra y la gran viga de madera se han equilibrado con un suelo y unas paredes en blanco, que llenan de claridad la estancia.