"Es un gran acierto, porque contrarresta la esencia clásica del piso. Es una lámpara que no puedes poner en cualquier espacio, porque puede resultar invasiva, pero aquí le iba perfecto. Además, nos ayuda a separar y delimitar un poco el comedor, no queríamos que pareciera una continuación del salón o del estudio", recuerda la decoradora.
Mesa, de Ethnicraft. Lámpara de Petite Friture, mod. Vértigo.