Diego y Marina, los propietarios, adoran esta casa. No es de extrañar: ¡era un antiguo pajar! Se empeñaron en recuperarlo para hacer aquí la casa de sus sueños, su refugio... De la mano del estudio de arquitectura Aresta, plantearon una casa a su medida, con grandes ventanales para disfrutar de las vistas (adiós ventanas pequeñas de montaña), de la madera, de la piedra, del sabor de lo auténtico. Y de los días y noches más especiales, claro.
Sillas de mimbre, de Sacum. Lámparas de techo, de Catalina House. Mantas, de IKEA, Árbol de Navidad, de Coton et Bois.