¿Una casa de campo puede ser elegante? Esta en Mallorca tiene encanto, elegancia y muchas ideas

“El suelo en el interior y el exterior es el mismo, pero dentro fue abujardado a mano por un artesano”, nos explican Marta y Olivia, mientras nos guían al salón y al comedor llenos de detalles vernáculos.

En la vitrina, diseñada por las interioristas, se apostó por el detalle autóctono definitivo: se forró el fondo con un papel de las típicas lenguas mallorquinas. 

Bajo las vigas antiguas y restauradas, vemos varias piezas a medida que huelen a tradición: “Detrás del sofá, el aparador, cuyas puertas son persianas antiguas, es obra de Mestre Paco, toda una institución en la isla”, prosiguen las interioristas.

El sofá con tapicería de lino a juego con las cortinas, abundantes, largas y generosas, esa tela fresca en verano y acogedora en invierno, es capaz de elevar el nivel a cualquier decoración.

Junto al salón nos encontramos con la cocina semi abierta con suelo de barro de un derribo, una réplica de las cocinas de obra de toda la vida. 

“Usamos muebles de madera de roble teñido con encimera y fregadero de piedra, además de grifería de latón cepillado”, prosiguen las interioristas, que hasta han dejado el zócalo a media altura como un guiño al pasado.

Para homenajes al pasado, el arco de piedra marés (típica de Baleares) que, integrado en la pared, hace las veces de cabecero en el romántico dormitorio que verás a continuación. “Pusimos una cama con dosel, que cambia por completo el aire de una habitación”, añade Marta.

Para el baño, las interioristas de LF91 encargaron a un artista de Pollença unos armarios con listones sobre los que se asienta una encimera de mármol de Carrara. El remate estiloso para una casa de campo ideal.

Aunque diseñada como una casa de campo, no se quiso prescindir de todas las comodidades. Como la bañera exenta que reina en el baño y que invita a los mejores momentos de relax.  

“En la parte que imita las construcciones antiguas, las persianas se abren hacia dentro porque así se hacía antaño, mientras que en la moderna se han instalado sobre la fachada, como se hace ahora”, prosiguen las interioristas.

Todo el exterior de la casa se ha llenado de agradables zonas de estar y de comedor para disfrutar del privilegiado entorno y, de paso, recuperar una forma ancestral de disfrutar del tiempo, sin prisas.

Muros de piedra, vigas vistas de madera en el techo, así como puertas y persianas antiguas readaptadas y piedras típicas como la piedra caliza marés. Esas han sido las claves para lograr una casa rústica tradicional pero con todas las ventajas de las construcciones nuevas.

Marta Jáudenes y Olivia Reina son las interioristas de LF91que, desde la nada, crearon esta casa de aires centanarios en Mallorca.