1. Un casa recuperada en medio del bosque que invita a la slow life Esta casa podría ser la estampa perfecta de la filosofía slow life. Todo ella es una invitación a la desaceleración. Empezando por su espectacular exterior, con un porche que parece fundirse con su entorno natural de excepción. Y es que esta casa está junto al río Tiétar, en Extremadura, y en medio de un frondoso bosque. Alfombra de Ikea, puf de Fronda y cortinas de Zara Home. Un jardín para disfrute de pequeños y adultos Lo hemos avanzado: el entorno natural de esta finca es único y la conexión de la vivienda y sus habitantes con él es una de las máximas de la slow life. Aquí, más allá de su precioso porche, encontramos este vasto jardín que, al fundirse con su entorno natural, parece infinito. Es la zona preferida de los niños ¡y los adultos!: columpios, una cabaña y una piscina que se insertó donde había una ruina de piedra antigua. Un dormitorio con una decoración sencilla que invita al relax Lo recargado y sobredecorado no va con una slow deco o la filosofía slow life, que aboga por una vida basada en la desaceleración, la armonía y la sencillez de las pequeñas cosas. Por eso la slow deco defiende una decoración sencilla, con pocas piezas y en orden para que el espacio respire y transmite una atmósfera relajante, como la del dormitorio de esta casa . Escritorio de El Rastro. 2. Una casa en las afuera de Barcelona muy slow La decoradora Marta Tobella, de Sacum, transformó una antigua casa bicentenaria de payés que, literalmente, se caía a cachos en este refugio zen en las afueras de Barcelona donde todo invita al relax. Empezando por la paleta cromática. Y es que el blanco, junto con los neutros, son los colores por excelencia de la slow deco. Sofá y chaise longue con tela de lino, muebles blancos y mesa de centro de Sacum. Una cocina con un gran comedor pensado para recibir Una de las premisas de la slow life es la importancia de desacelerar nuestro vertiginoso ritmo de vida para encontrar tiempo para actividades que nos hagan felices. Como puede ser compartir largas comidas con familiares y amigos. Precisamente, con esta intención, Marta ha ideado una gran mesa de comedor en la que caben hasta 14 personas. Mobiliario de la cocina y mesa, diseño de la decoradora. Un rincón de yoga junto la piscina Si para la filosofía slow life es vital conectar con la familia, también lo es conectar con uno mismo. Por eso, es esencial que dentro de nuestra casa tengamos habilitado nuestro propio rincón donde hacer lo que más nos guste: leer, pintar, escribir... ¡O hacer yoga! Precisamente, la decoradora habilitó dos colchonetas donde está la maquinaria de la piscina y, además de ocultarla, ahora disfruta de una zona privilegiada para practicar este deporte. No te pierdas el resto de espacios slow de esta casa . 3. Una masía del s. XIX para desconectar La luz, los colores, la conexión con la naturaleza... Y la sensación de amplitud de espacios diáfanos que no estén interrumpidos por tabiques o muebles altos. Esta es otra de las máximas de la slow life. Y esta masía del Empordà, con este espectacular recibidor, la cumple al 100%. Consola de La Europea, vasijas de Aquitania. Alfombra a medida de Rica Basagoiti. Un impresionante salón decorado con materiales naturales Y lo que no podía faltar en una decoración slow es, por descontado, los materiales naturales. Fibras, madera, linos, algodones... Los ambientes que tienen como protagonistas estos materiales aportan una calidez natural que los hace mucho más confortables y relajantes, como este precioso salón con espectaculares vistas al jardín. Sofás y butacas diseño de CHM Studio con tela de Yutes. Pufs de Coton et Bois y mesa de centro de Azul Tierra. Con ventanas al jardín Luz a raudales, el jardín que se cuela en casa, y una atmósfera tan relajante que es imposible no desconectar y olvidarse del estrés. Así es este dormitorio, donde se ha priorizado su hilera de ventanas que se abren al exterior como elemento decorativo, de ahí que el resto de la decoración sea muy monacal, para no hacerlo sombra. ¿Quieres ver el resto de la casa ? Cabecero de Serralleria Mase. Mesita de noche en Aquitania. 4. Un ático amplio y luminoso con una slow deco Es ver este salón y las revoluciones parecen bajar en picado. La elección de una base en blanco, textiles naturales y su luminosidad desbordante han sido claves para crear este ambiente slow que invita al relax. De hecho, para que nada impida la entrada de luz natural, una de las máximas de la slow life, se ha prescindido, incluso, de cortinas en los grandes ventanales en semiarco. ¡Qué zen! Sofás, hechos a medida. Butaca de La Maison y la mesa de centro es de Natura Casa. Un mini oasis en medio de la ciudad para conectar con la naturaleza Si cuentas con una salida al exterior, ¡poténciala! Poco importa que sea una gran terraza o un pequeño balcón, la slow life defiende la importancia de vivir desde casa en conexión con la naturaleza. En este caso, los arquitectos Ana Blanco y Fran Mengíbar aprovechar para abrir el salón a esta terraza que, antes de las obras, tenía un cerramiento y se usaba como anexo del salón. Mírala ahora: un vergel urbano. Sofá de Maisons du Monde. Una zona de día diáfana pensada para compartir en familia En este luminoso ático barcelonés , salón, comedor, cocina y despacho comparten un espacio muy amplio diáfano en el que cada zona tiene su espacio "delimitado" pero desde cada ambiente tienes visuales al resto de espacios. Y esta organización espacial que permite el desarrollo de distintas actividades para estar reunidos y con cierta individualidad y que invite a la conversación una de las claves de la slow life. Mesa de comedor de anticuario, sillas de Ikea y las icónicas Tulip. 5. Una casa en Formentera sintonía con su entorno natural Aunque no conociéramos al detalle las máximas de la slow deco, viendo este porche seguro que lo etiquetaríamos, de inmediato, como slow deco. Y es que todo nos transmite calma y relax: el entorno agreste, los materiales naturales, su apertura al exterior y su respeto por su privilegiado paraje natural. Un salón tipo chill out con las piezas básicas Menos es más. Y este salón lo ejemplifica a la perfección: un par de sofás sobrios de obra, con vocación de chill out, una mesa de centro de madera y unos puffs versátiles. ¡Y que no falte el blanco! Ilumina el salón y le da un plus de calma. Sofás a medida con tapicería de Gancedo. Alfombras de yute de Zara Home. Mesas de tronco de Can Castello Ibiza. Un dormitorio en suite abierto al patio La misma máxima de las piezas básicas la encontramos en el dormitorio de esta casa de Formentera , donde se ha priorizado un ambiente parco en mobiliario pero muy acogedor, gracias a la elección de piezas naturales, como la gran lámpara de bambú y lino, el cabecero de bambú o el mueble de microcemento y madera recuperada del baño. El mueble del baño es un diseño de GCA. Pavimento y encimera de microcemento. Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter .