La organizadora profesional, Cristina Muñoz, de @orden_y_espacios, nos ofrece sus mejores consejos para organizar la ropa blanca de nuestro hogar.Pues, si bien dedicamos nuestro tiempo libre a ordenar el armario y la ropa con la que nos vestimos, también deberíamos hacer lo mismo la ropa que viste nuestro hogar y tenerla bien arreglada.

Asimismo, acumulamos ropa blanca en exceso y podemos acabar teniendo mucho más de lo que necesitamos. "No lo retrases más y elige un día para analizar tu ropa blanca. Dedícale tiempo y tranquilidad", aconseja Cristina Muñoz. Así que, ¡prueba estos consejos y luego cuéntanos como te ha ido!

1. ¿Dónde las guardo?

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Es una regla que debes aplicar siempre: lo más práctico es guardar cada cosa en la habitación donde se usa. Si no tienes un armario en cada estancia, los objetos deben estar lo más cerca posible. Pero si tienes la posibilidad de agrupar la ropa blanca de toda la casa en el mismo armario, ¡no lo dudes!

Agrúpala de la manera más práctica para ti y tu familia. Resulta muy útil crear una sección para cada categoría o según su función: toallas, por un lado, y sábanas, por otro. Después divide las prendas según tamaños.

2. Ordenar las toallas

ropa blanca

Separa las toallas en tres tamaños (baño, lavabo y bidé), y después por color (si tienen). Así los montones son más fáciles de organizar, tanto en baldas como en cajones, porque tienen el mismo tamaño y así se aprovecha mejor el espacio.

También puedes ordenar por juego de toallas y después agrupar tamaños. En las cestas o cajones, puedes organizar las toallas en rollo si son de rizo fino. Si son gruesas, no es recomendable porque no quedan tan bien. En este caso será mejor guardarlas en vertical.

3. Ordenar las sábanas

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Os aconsejamos seguir una única pauta en los cajones: el almacenamiento vertical. Podrás ver el contenido de una vez y ahorrar espacio. Es válido para la ropa, las sábanas, las toallas y los paños.

Cuando guardes las sábanas en los cajones, hazlo separando por piezas: encimera, funda y bajera. Si quieres agrupar por juego y el fondo del cajón no te lo permite, pon una pieza (encimera y bajera) al lado o detrás de la otra. Después abrázalas con las fundas. Esta curiosa manera de organizarlas también sirve en baldas.

4. Ordenar los manteles

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Como el resto de la ropa, lo mejor es organizar los manteles en vertical, dentro de un cajón. Así se ven todos a primera vista y no se quedan manteles arrinconados detrás. ¡Recuerda que lo que no se ve no se usa! Si los guardas en baldas, puedes organizar también por tamaño. Usar cestas te ayudará a mantener todo en orden y en su sitio y, además, quedan muy decorativas. Son útiles sobre baldas o si guardas los manteles en armarios sin cajones.

5. Ordenar los paños

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Los paños y los trapos también se pueden doblar en vertical. Es muy importante separar bayetas para fregar de paños de tela o rizo, y lo ideal sería que estuvieran cerca de donde se usan (baño y cocina). Calcula cuántos usas a lo largo de la semana y quédate con solo los que crees que vas a usar. Un número razonable son 7 paños de rizo o tela y 6 bayetas, tanto para la cocina como para los baños. Para el polvo y los cristales, multiplica 2 o 3 los que usas cada vez que limpias.

6. ¿Cuántas piezas debo tener?

En las sábanas, solemos acumular muchos juegos, algunos incluso sin bajera o con fundas de almohadas viejas. En esos casos, revisa su estado hasta quedarte con dos juegos en buenas condiciones. Dos juegos completos es más que suficiente, con un máximo de tres juegos por cama. Uno puesto y el otro en reserva. También sería conveniente tener a mano solo las sábanas correspondientes a la estación del año en curso. Si en los juegos que tienes, solo una o dos piezas están en buenas condiciones, puedes comprar piezas nuevas y renovarlos.

En el tema toallas, no te preocupes: sigue la misma pauta que con las sábanas. Con dos juegos completos por baño es perfecto. Además, puedes añadir un par de toallas grandes y otras dos de lavabo para invitados. También un par de ellas para secar la cabeza. ¡Importante!: las toallas tienen vida útil, cuando huelen estando recién lavadas es que su fin ha llegado.