La limpieza del hogar es esencial para nuestra salud y la de las personas que vivan o visiten el hogar. Un hogar sucio no solo da mala impresión para la vista, sino que podría ocasionar graves problemas de salud por culpa de la acumulación de bacterias y organismos. Por eso, como limpiar la casa es tan importante, los pasillos de limpieza de los supermercados están abarrotados de productos limpiadores y desinfectantes.

Uno de estos limpiadores que más se usa para la limpieza del hogar es la lejía. Es más, creemos que no existe una casa donde no haya un bote de lejía en algún armario guardado. Y es que el poder desinfectante de la lejía es tremendo, aunque, por si no lo sabías, es necesario usarla adecuadamente para evitar que nos afecte negativamente a nuestra salud. Para dar un poco de luz sobre el tema, te vamos a compartir, a continuación, un reel de Instagram de Elisabet Jiménez de @huele.a.limpio en el que nos cuenta cuáles son los 4 errores que más cometemos a la hora de limpiar la casa con lejía.

La lejía, el limpiador estrella en los hogares

La lejía, también conocida como cloro o hipoclorito de sodio, es una solución química muy utilizada en las casas gracias a sus potentes propiedades desinfectantes y blanqueadoras. Compuesta principalmente de hipoclorito de sodio disuelto en agua, la lejía es efectiva para eliminar una amplia gama de microorganismos, incluidos virus, bacterias y hongos, lo que la convierte en un aliado indispensable en la limpieza y desinfección del hogar.

Uno de los usos más comunes de la lejía es en la limpieza de superficies, especialmente en áreas que requieren altos niveles de higiene, como cocinas y baños. Su capacidad para desinfectar hace que sea ideal para eliminar patógenos y prevenir enfermedades. Además, la lejía es muy eficaz para blanquear ropa y eliminar manchas difíciles, devolviendo el brillo y la frescura a las prendas blancas. Pero, aunque la lejía limpie y desinfecte tan bien, no podemos usarla así porque sí, hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones porque un mal uso de este producto podría acarrearnos problemas de salud.

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El Mueble | RBA

 

Los 4 errores más comunes al usar lejía

Para aprender a usar la lejía correctamente, Elisabet Jiménez, la chica detrás del perfil social @huele.a.limpio, ha compartido en este reel los 4 errores que más cometemos al usar la lejía con la intención de que dejemos de hacerlos por nuestra salud y la de nuestra familia:

 

Te los dejamos por aquí por escrito para que te sean más fácil de identificarlos en casa y puedas dejar de cometerlos inmediatamente:

ERROR 1: MEZCLAR LA LEJÍA CON AGUA CALIENTE

Es muy común mezclar la lejía con agua caliente, creemos que así aumentamos su poder limpiador y desinfectante y es ocurre justo lo contrario: pierde su efecto y no sirve absolutamente para nada. Y es que el agua caliente evapora el cloro de la lejía y, por tanto, deja de desinfectar. Por eso, es importante que, a partir de ahora, te acuerdes que para desinfectar con lejía debes diluirla siempre en agua fría.

ERROR 2: NO DILUIR LA LEJÍA

Es un error garrafal echar la lejía en las superficies sin diluir, es muy peligroso tanto para el material de esas superficies como para tu salud. Por eso, limpiar con lejía pura sin diluir no es recomendable y ni tampoco echar mucha cantidad, quítate eso de la cabeza de que cuanto más lejía eches, más desinfectarás porque tampoco es así. Para un correcto uso de la lejía, la proporción es 1:50, es decir, una parte de lejía por 50 de agua, lo que equivale, aproximadamente, la medida de un vaso de lejía por cada 10 litros de agua.

ERROR 3: PULVERIZAR DIRECTAMENTE LA LEJÍA

Este punto se debe aplicar a cualquier tipo de desinfectante, incluida la lejía, y se refiere a que no debemos echarla en un bote con spray y pulverizarla. Esto es debido a que, al pulverizarla, las partículas de la lejía se quedan en el ambiente y los gases que desprenden son muy perjudiciales para la salud si los inhalamos.

ERROR 4: MEZCLAS TÓXICAS

Por último, Elisabet también nos recomienda evitar las mezclas tóxicas a toda costa, es decir, no se pueden mezclar ni utilizar a la vez diferentes productos de limpieza y desinfección ya que podrían liberar gases tóxicos o generar reacciones químicas peligrosas. Por ejemplo, no mezcles, jamás de los jamases, lejía con amoníaco, oxígeno activo ni alcohol de limpieza. Recuerda también que todos los limpiadores se deben manipular de manera adecuada para evitar posibles riesgos para la salud. Por eso, lee muy bien las instrucciones y recomendaciones de uso del fabricante en su etiqueta.