Vanesa Travieso lleva años visitando las casas de sus clientes con el objetivo de enseñarles a ordenar y organizar sus hogares. De todas las visitas realizadas hasta el día de hoy, la experta en orden afirma que hay una práctica que es todo un clásico en nuestra sociedad: cuando nos quedamos sin espacio en casa para guardar nuestras pertenencias, las llevamos a casa de nuestros padres. Y nosotras nos preguntamos: ¿qué culpa tienen los padres de que sus hijos acumulen objetos y no sepan desprenderse de ellos? Es una forma muy sutil de pasarles a ellos el marrón.
De hecho, Vanesa afirma que en casa de los padres no solo se guardan cosas de la infancia o de la adolescencia sino que, incluso, hay casos en los que las parejas se casan o tienen hijos y llevan todo lo que no les cabe en casa a la de sus respectivos padres. Ante este tipo de situaciones, Vanesa asegura que, cuando una persona acumula muchas cosas, quiere decir que algo no va bien y que si realmente quiere ser feliz, debe hacerse responsable y poner remedio. Y es que para la experta "la felicidad tiene muy poco que ver con las cosas que acumulamos en casa y mucho con cómo nos sentimos dentro de ella".
El espacio en la casa de nuestra madre
En su nuevo libro "El poder detrás del orden", Vanesa cuenta una anécdota que vivió con una de sus clientas y que corrobora que lo que nos sobra y no sabemos muy bien qué hacer con ello, lo llevamos directamente a casa de nuestra madre. Esta señora tenía 3 hijos y vivía en una casa muy grande. Los hijos han hecho sus vidas y ya no viven allí pero, si entrabas a sus habitaciones de niños, cada uno la tenía llena de ropa, apuntes, bolsas, recuerdos.
La mujer le había pedido a sus hijos que se llevaran sus cosas, pero ellos siempre le hacían caso omiso. "Nadie puede decidir descartar las cosas que son de otra persona, siempre lo digo, pero en este caso le recomendé hacer una reunión familiar en la que les explicase la situación y les diese una fecha límite para decidir qué hacer o para llevarse las cosas que cada uno tenía en su habitación".
En este caso, Vanesa hizo una excepción porque la clienta estaba un poco cansada de la situación, así que le recomendó que "si después de la fecha límite nadie había pasado por casa, directamente se deshiciese de todo sin mirar atrás y sin remordimientos". Vanesa asegura que lo peor es que lo que vamos acumulando son cosas que no necesitamos ni echamos de menos, es más, de no verlas, ni nos acordamos de ellas. De hecho, la experta advierte que si de verdad fueran cosas de vital importancia, las guardaríamos en nuestra casa. "Lo que no se ve, no se usa", sentencia Vanesa.
Consejos para aprender a descartar y no acumular en casa de tu madre
"Las casas de nuestros padres no son almacenes, ellos también necesitan tener sus espacios ordenados y sentirse a gusto en ellas", es una de las frases del nuevo libro de Vanesa que mejor resume lo importante que es hacernos dueñas de nuestras pertenencias y aprender a dejar de acumular y a descartar qué no necesitamos en nuestra vida. La vía fácil es soltar todo en casa de mamá, pero es hora de ser responsables y poner remedio a esta acumulación desmedida que solo lleva a la infelicidad.
Con el propósito de hacernos un poquito más felices, Vanesa ha dejado en su libro 4 tips para ayudarte a dejar de acumular y a soltar. Cuando cojas las riendas de tu vida, aprendas a desprenderte y sigas tu camino con un equipaje más ligero, será el momento en que sientas lo que es la verdadera felicidad. Toma nota:
Consejos 1: ¿Por qué quiero dejar de acumular?
El primer consejo de Vanesa es hacernos conscientes de esta acumulación y, por supuesto, querer cambiar. Para ello, la experta en orden recomienda que cojamos papel y boli y que apuntemos todos los motivos que nos han llevado a querer dejar de acumular. Todo es válido, desde un "no tengo espacio en armario" hasta un "nunca encuentro nada". Cuando los tengas enumerados, piensa en tu objetivo de querer hacerlo.
Consejo 2: A romper patrones
El miedo es quien está detrás de esta acumulación sin sentido. Y es que, si te paras un momentito a pensarlo, te darás cuenta que vas acumulando por miedo a que un día ese objeto, que nunca utilizas, te haga falta y puedas darle utilidad. Como dice Vanesa, "hay que romper con esos patrones y creencias de que debemos guardar y aprovechar todo".
Así que su segundo consejo es aceptar que estas creencias existen y hacer todo lo posible por cambiarlas.¿Lo quiero? ¿Lo disfruto? ¿Me hace feliz? ¿Para qué lo guardo? Son las preguntas que debemos hacernos para saber si algo tiene que estar en tu vida o no. Si la repuesta es un no, entonces ese objeto dónalo, recíclalo, véndelo o regálalo, pero no te lo quedes.
Consejo 3: Despacio y con calma
De nada sirve si te das "un atracón de orden" repentino, solo hará que te canses y te bloquees. Vanesa recomienda empezar poquito a poco, despacio, tomárselo con calma. Cuando te sientas preparada, añade algo más a tu lista de cosas por ordenar y así ve aumentando a medida que te sientas más confidente y segura con el proceso. Acuérdate que quienes están detrás son el miedo y el apego, así que no estamos ante una tarea sencilla. Importante: no pases a una nueva categoría de producto o espacio de la casa hasta que no tengas el primero terminado.
Consejo 4: Ponte objetivos realistas
Como en el punto anterior, despacito y con buena letra, nada de agobiarse ni tirar la toalla. Por eso, es fundamental poner los objetivos por escala, empezar por los más pequeños para motivarte e ir implementando tu plan de organización poco a poco. Solo con constancia, compromiso y disciplina, conseguirás que el orden sea un nuevo hábito en tu rutina y el acumular las cosas por acumular se acabará para siempre. ¡Tu madre te lo agradecerá!