La llegada del lavavajillas a nuestros hogares supuso una transformación de la rutina del día a día: la limpieza de la cocina, sobre todo después de esas recetas de repostería donde necesitas una cantidad infinita de utensilios, se ha convertido en algo tan sencillo como introducir el menaje en la máquina, seleccionar el programa que prefieras, y dejar que el lavavajillas lleve a cabo su magia. Todo un regalo para el medioambiente, nuestro bolsillo (supone un 9% de ahorro frente al lavado a mano), nuestro tiempo, y nuestra piel.
Sin embargo, a veces no somos conscientes del riesgo de elegir el programa equivocado, la temperatura del agua incorrecta o el producto de limpieza menos indicado, y nos topamos de frente con la consecuencia: esa capa blanquecina que cubre tus vasos favoritos. De hecho, para evitar que esto ocurra, es necesario una buena limpieza de lavavajillas. ¿Te suena? Si te ha pasado, no te preocupes: la experta en limpieza Paula Seiton, que cuenta con más de 300.000 seguidores en Instagram (@paula.unsitioparacadacosa), te trae un truco infalible para que tus vasos sigan brillantes como el día que los compraste.
¿Por qué nuestros utensilios pierden brillo en el lavavajillas?
Hay varios motivos que pueden explicar el color blanquecino de nuestros vasos al salir del lavaplatos, te contamos cuáles son los principales:
- No limpiar el lavavajillas: te recomendamos programar mensualmente un lavado sin carga con un producto limpia máquinas que te ayude a mantener el interior limpio.
- La dureza del agua: la cal puede adherirse a la superficie de tu vajilla, dejando ese aspecto blanquecino tan antiestético.
- Escoger el programa de lavado incorrecto: recuerda siempre leer detenidamente las instrucciones de tu lavavajillas para elegir el programa más adecuado.
- Usar el detergente equivocado: siempre utiliza un jabón específico para tu máquina. El jabón líquido, por ejemplo, hace demasiada espuma y podría obstruir los conductos.
¿Cómo conservar El brillo de tus vasos?
Se trata de un truco sencillísimo, efectivo y muy económico, ya que solamente necesitarás un producto que probablemente tengas en tu cocina: vinagre de limpieza. Junto a otros productos naturales como el bicarbonato, la sal o el limón, se ha convertido en un imprescindible en el armario de cualquier experto en limpieza. Recuerda que este vinagre no es lo mismo que el vinagre blanco, que es el que solemos destinar para la cocina por su bajo nivel de acidez. Se trata de un producto que a menudo se usa para quitar grasa, actuar contra los gérmenes y, en este caso, como abrillantador.
¿El truco? Introduce la pastilla de lavado de forma habitual, pero añade vinagre de limpieza en la cajetilla donde sueles poner el abrillantador. Selecciona tu programa de lavado habitual y ¡voilà! Tus vasos se mantendrán limpios y con un aspecto reluciente, como lavados a mano ¡Así de fácil! El poder desincrustante del vinagre ayuda a descomponer el carbonato de calcio que forma la cal, uno de los motivos principales por los que tus vasos adquieren ese tono blanquecino opaco, como te indicamos líneas arriba.
Utiliza este hack siempre que lo necesites, pero ¡recuerda!: no debe convertirse en un sustituto de tu abrillantador habitual. El uso diario de vinagre, debido a su alto nivel de acidez, podría perjudicar las tuberías o la propia vajilla. Alternar ambos productos de forma recurrente ayudará a alargar la vida no solamente de tus vasos, sino que también de tu lavavajillas.
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