A pesar de que las usamos, por norma general, para limpiarnos y secarnos, precisamente por ese motivo, las toallas son uno de los instrumentos de nuestra limpieza que más tienen a acumular gérmenes y bacterias que, si no cuidamos y mantenemos sin humedad, pueden proliferar en hongos que, al final, terminarán causando un impacto negativo en nuestra salud. A la hora de escoger una toalla, también debemos tener en cuenta sus propiedades y el uso que le vamos a dar ya que, por ejemplo, no es lo mismo la toalla de algodón que usamos para secarnos al salir de la ducha y nos ofrece una sensación instantánea de confort, que la de microfibra que llevamos al gimnasio para acabar de forma rápida con el sudor, sobre todo ahora en verano.

Sin embargo y, a pesar de que debemos ser conscientes de mantener una buena higiene y cambiarlas de forma correcta cada vez que lo veamos necesario, también debemos ser muy cuidadosas con los lavados a los que las sometemos ya que, si las lavamos de forma inapropiada, es posible que pierdan sus cualidades absorbentes, además de su suavidad y, con el paso del tiempo, se terminen volviendo ásperas. Te damos algunas indicaciones para que puedas lavar tus toallas de forma apropiada, dándoles los cuidados que merecen y alargando su vital útil y su suavidad.

toallas
El Mueble

 

¿CÓMO LAVAR LAS TOALLAS PARA DEJARLAS IMPECABLES?

A la hora de lavar las toallas debemos tener en cuenta algunos aspectos como:

  • Evitar usar suavizantes para que la toalla no pierda sus cualidades de absorción, así como usar menos cantidad de detergente que para un lavado normal
  • No secarlas en exceso en la secadora
  • Lavarlas solas y no mezclarlas con otras prendas en la lavadora
  • Si las lavas a mano, procura remojarlas con agua fría y dejar que sequen al aire, para evitar el desgaste.
  • Usa una mezcla de bicarbonato y vinagre como alternativa al detergente para eliminar las manchas y los malos olores.
  • U otra de vinagre y amoniaco, un remedio casero que te ayudará a prolongar la vida de tus toallas, desinfectándolas y dándoles una gran limpieza.

Como ves, el vinagre es muy usado en limpieza para blanquear, desinfectar, eliminar olores... y, además, es el protagonista del truco definitivo para lavar tus toallas de baño y playa y lograr que luzcan como nuevas. 

EL TRUCO PARA LAVAR LAS TOALLAS CON VINAGRE

Con el paso del tiempo y el gran número de lavados a las que las sometemos por cuestiones de higiene, las toallas tienen a perder su suavidad y volverse ásperas, dándonos una sensación muy poco agradable cuando nos secamos con ellas. Esto se debe, principalmente, a la acumulación de residuos de detergente que van quedando en ellas, un lavado tras otro, y que se suman a los residuos minerales que generan por sí solas cuando las dejamos húmedas en el baño. Sin embargo, existe un método rápido, fácil y económico con el que restaurar la esponjosidad de nuestras toallas: con vinagre.

Toallas

Las toallas, cuanto más sencillas, mejor. Además, es preferible escoger tonos suaves, que no llamen mucho la atención, porque de esta forma será más fácil decorar y combinar el resto de elementos de tu cuarto de baño. Tonalidades en beige, negro o blanco pueden dar elegancia y sofisticación a este espacio. Esta en concreto de H&M con tejido rizado, tiene unas dimensiones de 30x 50 centímetros y es ideal para conseguir ese efecto de sobriedad. Su precio es de 2,99 euros.

Toalla en tejido rizado
2,99 €
H&M

El truco es muy fácil de conseguir y, para hacerlo, tan solo tendremos que dar un prelavado a nuestras toallas antes de meterlas a la lavadora. Estos son los pasos que debes seguir:

  1. En un recipiente con agua fría echa una taza de vinagre blanco y, si quieres lograr un extra de frescura, añade también zumo de limón.
  2. Mete la toalla, asegurándote de que queda bien impregnada de agua y déjala en remojo durante media hora. Puedes ir moviéndola para asegurarte de que el vinagre penetra en toda la toalla y conseguir así unos mejores resultados.
  3. Enjuaga las toallas en agua fría para eliminar todo tipo de residuos y mételas en la lavadora. Selecciona, de nuevo, un ciclo de lavado de agua fría y evita echar cualquier tipo de detergente y, menos aún, suavizante.
  4. Cuélgalas al aire libre en un lugar con sombra, para evitar que el sol incida en ellas directamente, y cuando se sequen verás que tus toallas lucen como nuevas.