La lejía es un producto muy recomendado para la desinfección de objetos. Con la pandemia del coronavirus, sin embargo, han surgido dudas con respecto a si se debe mezclar con agua caliente o fría para que tenga una mayor eficacia.

Si alguna vez ha oído (o creído) que no debes mezclar la lejía con el agua caliente al limpiar o bien lavar la ropa, tenemos noticias para ti: estás en lo cierto. Este gran desinfectante debe ser mezclado con agua fría, ya que logra un efecto mucho más potente en la limpieza y desinfección del hogar. ¿Quieres saber por qué? Te contamos por qué debes mezclar la lejía con agua fría para que sea más eficiente.

MEZCLAR LA LEJÍA CON AGUA CALIENTE

Aunque parece ser un mito, mezclar lejía con agua caliente es una mala idea. De hecho es uno de los errores más habituales que se cometen al limpiar con lejía. Al subir la temperatura, la lejía se evapora y ya no desinfecta, por eso es recomendable usarla siempre con agua fría. Esto es porque el hipoclorito sódico (lejía) con el calor se evapora más fácilmente y, además, puede ser peligroso debido a los gases que desprende. Y es que si la lejía se calienta puede provocar un compuesto tóxico, corrosivo e irritante llamado cloro gas. Ten en cuenta que, a partir de 30 grados, se empieza a formar este compuesto.

Además, al estar caliente y evaporarse la lejía, no se puede garantizar la concentración adecuada para desinfectar. Lo ideal es preparar la lejía a diario y en agua fría en las proporciones adecuadas.

Evita también mezclar la lejía con otros limpiadores, como amoniaco, salfumán, vinagre, alcohol, lavavajillas o anticalcáreos.

CUÁNDO USAR LA LEJÍA COMO DESINFECTANTE

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) proporciona una serie de recomendaciones antes de empezar a usar la lejía como desinfectante. En primer lugar, advierte del abuso de la lejía como producto de limpieza, ya que solo tiene sentido recurrir a un desinfectante después de hacer una buena limpieza y si hay sospechas de contaminación.

Para una desinfección eficaz, la lejía diluida en agua fría debe utilizarse en las 24 horas siguientes a su preparación, ya que la descomposición aumenta con el tiempo si no se utiliza. Puedes usarla para prevenir el posible contacto con una persona que padece una enfermedad contagiosa, o bien para desinfectar las bayetas que se usan en zonas muy sucias, como el fregadero o el inodoro, y las tablas donde cortas los alimentos crudos o cocinados.

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CÓMO USAR LA LEJÍA CORRECTAMENTE

A continuación os dejamos una serie de claves para usarla bien y evitar posibles daños o accidentes:

  • Antes de nada, elimina la suciedad de la superficie con agua y jabón o un buen limpiador.
  • Utiliza la lejía de uso alimentario, que no lleva perfumes.
  • Respeta la dosis recomendada: con unas gotas basta.
  • Dilúyela en agua fría. Si se emplea agua caliente, se evapora el cloro y ya no desinfecta.
  • En caso de que queramos desinfectar una bayeta o tabla, sumérgelas durante 2 o 3 horas en ese baño de agua y lejía.
  • Ten cuidado con las salpicaduras sobre la cara, los ojos o la ropa. Ponte ropa vieja a la que no tengas mucho cariño. Además, es recomendable trabajar con guantes y gafas de plástico para mayor protección. Son unas piezas esenciales para la limpieza con productos peligrosos como la lejía.
  • Procura abrir la ventana de la habitación para que se ventile.
  • Por último, lávate las manos con jabón líquido y luego sécalas con una toalla limpia o desechable.

SIGUE LAS RECOMENDACIONES DEL FABRICANTE

El uso inadecuado de la lejía puede reducir su eficacia en la desinfección, pero también provocar accidentes que pueden ser perjudiciales para la salud. El uso excesivo de lejía o la utilización de una solución blanqueadora demasiado concentrada da lugar a la producción de sustancias tóxicas que contaminan el medio ambiente y perturban el equilibrio ecológico.

Asimismo, por encima de todo, debes respetar la regla número uno del cuidado de los tejidos y materiales: comprobar siempre la etiqueta. Con tal de evitar que algún elemento se estropee, es importante comprobar primero la etiqueta para determinar si aconseja no utilizar lejía y evitar así causar algún desastre. Te dejamos con estos 6 consejos básicos de seguridad antes de usar la lejía:

  • Nunca mezcles la lejía con amoniaco: se producirían vapores de cloro tóxico.
  • Lee las instrucciones de uso y las advertencias de peligro.
  • Evita utilizar la lejía sobre metales, lana, nilón, seda, tejidos teñidos y superficies pintadas.
  • El hipoclorito de sodio se descompone con el tiempo. Para garantizar su eficacia, se aconseja comprar lejía recién producida y evitar el exceso de existencias.
  • Guarda la lejía y los otros productos de limpieza fuera del alcance de los niños y mascotas.
  • Aleja la lejía de los alimentos. Las personas mayores o los niños podrían confundirse y las consecuencias de una ingestión accidental son muy graves. Tampoco viertas el contenido en otro tipo de envase: puedan dar lugar más adelante a errores fatales.
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ALTERNATIVAS A LA LEJÍA

No debemos obsesionarnos con este producto tan corrosivo: por eso, te contamos qué productos pueden hacer la misma función que la lejía y que seguro que los tienes en casa:

  • Los productos con biocidas. No obstante, no es recomendable emplearlos de forma generalizada porque a la larga generan la aparición de bacterias resistentes.
  • Los productos con oxígeno activo. Ten cuidado a la hora de comprarlos porque algunos están etiquetados como nocivos y pueden ser muy peligrosos.
  • Los remedios caseros, más respetuosos con el medio ambiente, como es el caso del vinagre blanco. Se puede usar para manchas concretas y en superficies que sean resistentes, entre otros
  • El bicarbonatoes otra alternativa muy efectiva en la limpieza del hogar.

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