Si tienes perro (o estás pensando en adoptar uno), seguro que te han contado historias terroríficas sobre muebles destrozados, sofás con agujeros y cojines que parecen haber pasado por una trituradora. No en vano, una de las preocupaciones más frecuentes entre aquellos que conviven con canes, es cómo evitar que se coman los muebles y arruinen la decoración de casa. Y es que a la mayoría de perros les encanta morder cosas, ya sea por diversión, ansiedad o porque simplemente están explorando el mundo con la boca. Por tanto, si no les enseñamos desde el principio qué pueden y qué no pueden masticar, nuestra casa terminará pareciendo un campo de batalla.

Únete a nuestro canal de Whatsapp y descubre nuevas ideas muy El Mueble para tu casa. 

Y lo digo con conocimiento de causa, porque tengo dos perros y, por tanto, un montón de alfombras que se han tenido que jubilar anticipadamente. De hecho, tras varios años, he conseguido que ambos respeten todos los muebles (salvo el más pequeño, que todavía siente una fascinación desmesurada por los flecos y los pompones). Supongo que te estarás preguntando cómo lo he hecho, y la respuesta es: con paciencia, constancia y mucha disciplina. A continuación, te cuento todos los trucos y estrategias que realmente funcionan para que tu casa se mantenga libre de mordiscos indeseados.

Perro mordiendo sofá

¿Quieres evitar la situación de esta imagen? ¡Sigue leyendo!

iStock

1. Que no falten juguetes

Morder es una necesidad básica para los perros, especialmente cuando son cachorros. Si no les das algo adecuado para ello, encontrarán su propio "juguete", y puede que ese juguete sea tu mesa de centro o tu sofá recién estrenado. Desde que aprendí esta valiosa lección, en mi casa siempre hay juguetes de diferentes texturas y materiales: cuerdas, mordedores de goma, peluches... Cada uno de mis chihuahuas tiene sus favoritos y así no sienten la tentación de probar con mis sillas (aunque con su tamaño miniatura, tampoco es que vayan a poder subirse jejeje). También cambio los juguetes de vez en cuando para que no se aburran y sigan viéndolos como algo nuevo y emocionante. Aunque si hay algo que jamás puede faltar, son los huesos de piel prensada. ¡Pueden tirarse varias horas mordisqueándolos!

2. Marcar límites desde el principio

Si un perro tiene acceso ilimitado a toda la casa, tarde o temprano probará a morder algo. Para impedirlo, es muy importante enseñarle desde cachorro que hay zonas prohibidas y cómo debe comportarse en casa. Mantener las puertas cerradas es una opción, pero puede resultar bastante incómodo con el tránsito diario, y además, se pierde un montón de luz natural y sensación de amplitud. Algunas personas optan por instalar vallas bajas entre los marcos de las puertas, y otras directamente les montan parquecitos con sus camas y sus juguetes en alguna habitación. Estos espacios controlados son geniales, sobre todo para cachorros que necesitan supervisación constante. Además, les aporta una sensación de seguridad y refugio y evita que desarrollen malos hábitos. Por otro lado, es un modo de decirles: ''Este es tu sitio''.

3. Adiós al aburrimiento, hola al cansancio

Un perro aburrido es un perro destructivo, así de simple. Claro está que algunas razas necesitan mucha más estimulación física y mental que otras, pero en definitiva, para evitar que muerdan los muebles, la clave está en que gasten energía de la forma correcta. Los paseos largos y activos, los juegos interactivos y los típicos de tira y afloja, han sido mi mejor estrategia para que mis perros lleguen a casa cansados y sin ganas de destrozar nada.

4. Refuerzo positivo

Algo que todos los expertos recomiendan a la hora de adiestrar a cualquier perro, es utilizar siempre el refuerzo positivo. Vamos, que en lugar de castigarlos cuando hacen algo mal, tienes que reforzar los comportamientos buenos. En mi caso, cuando veía que ignoraban los muebles y elegían su mordedor, les premiaba con caricias o snacks. Así aprendieron rápido qué estaba bien y qué no. También suelo usar comandos como "juguete" o "cógelo" para redirigir su atención (sí, te aseguro que lo entienden).

5. Materiales "a prueba de perros"

Ser realista también ayuda. No tiene sentido poner cojines de lino blanco o una alfombra de lana si tienes perros. En mi casa, los textiles son resistentes y fáciles de limpiar, y los muebles tienen acabados que soportan algún arañazo accidental. Esto reduce mi estrés y evita dramas innecesarios. Además, he optado por fundas de sofá lavables y alfombras de materiales que resisten el desgaste y son muy sencillas de mantener, sin necesidad de tener que acudir siempre a la tintorería y gastar un montón de dinero.

6. Alternativas para la ansiedad por separación

Muchos perros muerden muebles cuando se quedan solos porque sufren ansiedad por separación. Los míos, al ser chihuahuas, son bastante dependientes, así que los he ido acostumbrando desde cachorros a quedarse solos de manera progresiva. Primero, unos minutos, y poco a poco, más tiempo. También les dejo juguetes interactivos con premios escondidos para mantenerlos ocupados en mi ausencia. Otra estrategia que recomiendan los expertos, pero que no he probado todavía, es el uso de feromonas relajantes, ya que pueden ayudar a reducir la ansiedad en algunos casos.

Espero que estos consejos te sirvan, porque para mí, han supuesto un antes y un después. Ahora, vivo despreocupada y decoro mi casa sin miedo a que a uno de mis chihuahuas le dé un arrebato y mordisquee mi última adquisición.

Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.comsuscríbete a nuestra newsletter.

¡Contenido exclusivo! Hazte con la guía gratuita para elegir las cortinas y estores que mejor combinen con la decoración de tu casa. ¡Descárgala ahora gratis!