¿Quién no se ha enfrentado en algún momento a la paralizante indecisión de elegir las cortinas del salón? Que si la tela, que si la caída, que si el sistema de sujeción, que si que dejen pasar la luz (pero ¡ojo que los vecinos no nos vean!)... Y ahí es cuando a menudo desistimos y empezamos a pensar en las bondades de una ventana desnuda. Pero no, rendirse nunca es la solución.
Por eso en este artículo hemos reunido todos los consejos que necesitas escuchar para superar la indecisión y una completa galería en la que seguro que encontrarás buenas ideas para tu salón. ¡Y despídete de las ventanas indiscretas!
Acertar con la tela: ¿Qué estilo buscas para las cortinas de tu salón?
Antes de ojear muestrarios de telas, piensa qué quieres para tu salón. ¿Buscas una cortina sufrida, discreta e informal? ¿O prefieres una que sea protagonista de la decoración? En el primer caso, los tejidos naturales, como lino y algodón, son una apuesta segura por sus buenas prestaciones: tienen caída y si los eliges de trama abierta, darán un look más desenfadado. Además, dejan pasar la luz sin restar intimidad. Es recomendable elegirlos con mezcla para facilitar su mantenimiento, ya que, por ejemplo, el lino 100% se arruga mucho al lavarse.
En cambio, si buscas un efecto más sofisticado, la seda, con sus juegos de brillos, es una apuesta segura. Para mejorar su caída, lo ideal es forrarla con muletón. Además, con ello la proteges del sol directo, que podría llegar a "quemar" la tela y decolorarla. Se lleva en tonos naturales e incluso pasteles.
¿Lisas o estampadas? El eterno dilema
Los lisos nunca pasan de moda y es más difícil cansarte de una cortina de lino en un suave tostado que de una con grandes motivos florales. Sin embargo, no existe una fórmula para todos, dependerá de los gustos particulares de cada uno.
Lo que sí debes tener en cuenta es que las cortinas lisas son más ligeras visualmente y, en igualdad de tela, dejan pasar mejor y de manera más uniforme la luz que una estampada. Si aún así apuestas por los estampados, son tendencia los dibujos geométricos y los hilos metálicos sobre fondo blanco o claro. Valóralo.
Ni cortas ni largas. Calcula bien la medidas de las cortinas
En cuestión de largos tampoco existe una fórmula infalible. Lo más habitual es sumar unos 15 cm al largo de la ventana. Pero si te gusta que las cortinas arrastren y se apoyen holgadamente en el suelo, como a nosotros, entonces añade 10 cm más. Con ello, además, te garantizas que en caso de encogerse un poco tras el primer lavado, las cortinas no te quedan cortas.
Dos cortinas... ¿mejor que una?
Si tienes mucha luz en casa sin duda dos es mejor que una. Pero para que esta combinación de dos cortinas o una caída y estor sea práctica conviene elegir para la cortina de base (o si lo prefieres, estor) un tejido ligero y de tonos claros, que permita el paso de la luz. Y reservar para la cortina superior una tela más gruesa y tupida para que, al cerrarla, frene el paso de la luz y puedas disfrutar de intimidad.
El sistema de sujeción: cuestión de practicidad
Si tienes grandes cortinajes o cortinas muy pesadas, no lo dudes: con riel, es el sistema de sujeción más cómodo para abrir y cerrar las cortinas. Además, es muy discreto.
Si quieres ocultar el mecanismo, puedes hacerlo completándolo con una galería o una cornisa: parecerá que las cortinas cuelgan del techo. Las barras, por su parte, son muy fáciles de instalar y las hay de infinidad de materiales y acabados.
¿Cómo cuelgo las cortinas del salón a la barra?
- Con anillas. Son la opción más cómoda, ya que se deslizan muy bien, sin importar el tipo de tela.
- Con ojales. Las anillas están incorporadas a la cortina. El único "pero" es si eliges una tela pesada, ya que con el tiempo podría rasgarse.
- Con trabillas. Son muy decorativas, ya que la cortina se ha rematado con una tira que es la que se desplaza por la barra. Dan un look informal, pero suele costar más correr la cortina.
- Con lazos. Si buscas un aspecto delicado y un tanto romántico, aciertas seguro con esta opción. Pero, como en el caso de las trabillas, es mejor reservarla para cortinas decorativas, de poco uso.