Si tienes hijos y los metros no son un problema, no lo dudes: resérvales un espacio para que puedan jugar a sus anchas. Será una de las habitaciones de la casa más y mejor aprovechadas. Con el plus que, a medida que vayan creciendo, puedes transformar ese cuarto de juegos en zona de estudio o de ocio, con su play, la tele y demás equipos tecnológicos.

Al planificarlo, es importante que busques soluciones que puedan crecer con él. Por ejemplo, una estantería podrá acoger sus juguetes guardados en cajas o cestas durante los primeros años y, más adelante, servirá para tener su colección de libros o cómics. Si va a ser su primera zona de juegos, conviene proteger el suelo con una alfombra mullida para amortiguar caídas, y aliarte con las cestas de almacenaje, cajas o books con ruedas, para que puedan coger y dejar sus juguetes ellos mismos. En este sentido, si colocas unos estantes especiales para cuentos –con una pequeña repisa a modo de tope– hazlo a su altura.

A medida que van creciendo sus juegos también lo van haciendo. Por lo que convendrá adaptarse a sus nuevas necesidades: más estantes y armarios y menos cestas, unas colchonetas a modo de asiento informal, unos pufs para dar cabida a más amigos...