Cuando tienes unas vistas tan espectaculares como las de este salón, que se asoma al mar y a la escarpada costa asturiana, ¡qué menos que potenciarlas! Por eso la decoradora Natalia Zubizarreta organizó todo el salón de esta casa mirando al gran ventanal que, al no tener marco ni cortinas, parece un cuadro. Y, como a los propietarios les gusta mucho recibir, ideó un gran banco que sirve, a su vez, de mirador único.