El estilo rústico es uno de esos que no pasan de moda. Siguen siendo acogedores, actuales, cálidos y, sobre todo, ¡nos encantan! Hay varios elementos que caracterizan a un comedor rústico. La madera suele ser la principal protagonista. En el techo, en la mesa, en los estantes… Y mucho mejor si es maciza y al natural, de esas de las que cuando las tocas sientes la sinuosidad de la veta y su cálido tacto.

Otros elementos arquitectónicos como los suelos de toba, las paredes de piedra o las vigas son también características. También mejor si son recuperadas: dotarán a tu comedor de un aire auténtico y muy muy de campo. Como si vinieran de otra época. También las fibras naturales tienen algo que decir. Para aligerar el peso visual que tiene la madera oscura, tradicional en las casas rústicas, es mejor decantarse por sillas de mimbre y ratán. Las lámparas de este material ayudan también a realzar la calidez y aportar frescura.

Y no valen solo para casas en el campo o en la montaña, en las que el estilo rústico es casi obligatorio. Una casa de ciudad también puede presumir de comedor rústico. Más actualizado, más light, pero con la misma calidez, el mismo encanto y la misma sensación de acogimiento.