Cocinas verdes: 10 FOTOS e ideas tan bonitas y estilosas que inspirarán tu próxima reforma

Esta cocina es un claro ejemplo de que las dimensiones no son un problema para sacar el máximo partido al espacio y llenarlo de encanto. La interiorista María del Valle dio en el clavo con esta reforma, al aprovechar una zona larga y estrecha para crear una cocina de diseño muy actual donde el color verde es el protagonista.

La funcionalidad era una de las prioridades de esta obra, por eso, se amuebló uno de los frentes con muebles altos con extraíbles y, el otro, con un desayunador con una barra para comer o desayunar. La gracia está en los detalles de madera de roble, tanto en la barra como en el revestimiento del desayunador, que combina con los distintos tonos de verde que se han utilizado en taburetes altos, lámparas de cerámica o en la propia vajilla, para que haya armonía y unidad sin resultar monótono.

Donde acaba la barra de desayunos comienza la zona de trabajo. Está dispuesta en forma de L para aprovechar todo el espacio disponible. Aquí vuelven a aparecer los detalles de madera de roble en los armarios altos con tres balditas decorativas. Es importante en estos casos no sobrecargar el ambiente, de ahí que se mezclen diferentes tonos y materiales. Los muebles bajos se mantienen en color verde y casan perfectamente con la encimera y el antepecho de mármol que da ese necesario toque de luminosidad al ambiente.

Los límites entre interior y exterior parecen diluirse en esta cocina, que se abre a su precioso jardín mediante grandes cristaleras con cuarterones, como si de un invernadero se tratara. Esta conexión con el exterior se ha trasladado al mobiliario que, de un luminoso verde, transmite frescura. Para que nada entorpezca las vistas, la columna de armarios se ha reunido en una pared y se ha prescindido de armarios altos en la zona de cocción.

La cocina y el office ocupan, en realidad, parte del jardín para ganar metros. Esta anexión es obra de los arquitectos del estudio Sotelo Margalef que crearon esta suerte de pecera de cristal. El office está en uno de los extremos de la planta, envuelto por las vistas y la claridad. Se compone de una robusta mesa de madera, con pie central blanco, y cálidas sillas y lámpara de fibras. De este modo, la luz y la calidez son unas invitadas más a las comidas de diario. 

¡Esta cocina está llena de ideas! En este caso, se opta por un verde aceituna que impregna los muebles principales. Existe una isla central de trabajo con molduras y tiradores de latón de aspecto envejecido, a juego con una alacena vista que da cierto toque vintage a la decoración. Por eso, se han potenciado los elementos que hacen guiños a la tradición, como los utensilios de cocina y las hierbas aromáticas colgados en una estructura encima de la isla, ideada por el equipo de Deulonder, o el suelo con efecto hidráulico que también tiene pinceladas de color verde.

En el otro frontal está el lavadero, con armarios altos y bajos con muchísima capacidad de almacenaje. Las encimeras y el antepecho son de color blanco para dar un punto de luminosidad en contraste con el verde.

Esta cocina es estilosa, con este suave verde pastel, y a su vez atemporal, con un mobiliario con cuarterones y una gran campana de obra que se inspira en las tradicionales de la casas de campo. El toque más especial viene del suelo, con originales baldosas hexagonales bicolor, en un verde grisáceo y un luminoso crema.

Aunque la cocina respira un look actual, la gran campana de obra recuerda a los diseños tradicionales de las casas de campo. Suma encanto y calidez, y da un contrapunto a una cocina en verde. La isla, con encimera de mármol blanco apomazado, integra una zona de barra muy práctica.

Junto a la isla, la decoradora Meritxell Ribé, de The Room Studio, ha proyectado una zona de desayunos, práctica y con mucho encanto. Se ha equipado con cajones de diferentes alturas, para guardar desde la vajilla hasta la cubertería o la mantelería, y con un par de baldas. De madera, suman calidez y contrastan con el verde del mobiliario.

Hemos dicho anteriormente que siempre hay que dar un toque de luz a una cocina verde con pinceladas de color blanco. Para crear esa sensación de ligereza sin sobrecargar el espacio también existen otras soluciones como, por ejemplo, el uso de armarios altos que no estén panelados, sino acristalados, ya que son visualmente mucho más livianos. De ahí que en esta cocina se hayan permitido la licencia de panelar hasta las paredes en madera y del mismo verde grisáceo que los muebles, dando un matiz elegante y moderno al mismo tiempo.

Cada vez son más los que se aventuran a mirar al pasado y reformar casas de campo que aún conservan el sabor tradicional de toda la vida. En ellas, la cocina es un pilar fundamental alrededor del cual gira el resto de la casa. Esta cocina guarda el encanto de antaño con techos abovedados y líneas sinuosas como en la estructura que protege la campana. Para darle ese toque rural y campestre, se han elegido únicamente muebles bajos como en las cocinas de antes y se han pintado en un color verde menta que mantiene la conexión con la naturaleza, al igual que las carpinterías.

En esta cocina se cambian las tornas y las normas de juego. Se ha mantenido una base neutra, con suelos de madera y mobiliario de color blanco. Sin embargo, para inyectar ese toque de actualidad y gracia tan necesario, se ha empapelado una de las paredes con papel pintado verde con motivos geométricos y se ha decorado la zona del office con detalles a tono, tanto en las sillas, como en la mantelería o en la vajilla. Si quieres darle un giro a tu cocina y un puntito de vitalidad, este truco es uno de los más sencillos, rápidos y efectivos.

Otra fórmula para no abusar del color es tirar de creatividad e imaginación, introduciendo el color verde de manera inesperada y sorprendente. ¡Mirad para arriba! En esta cocina blanca con suelos de madera se ha revestido, ni más ni menos, que el techo con azulejos de color verde oscuro y acabado brillo colocados en espiga. De esta manera, se enmarca la isla y la zona de trabajo, delimitándolo visualmente y creando muchísima fuerza estética en la cocina.

Esta cocina pertenece a una masía del s. XIX rehabilitada por la decoradora Bárbara Sindreu respetando su esencia rústica. El color verde empolvado de sus muebles le da un aire provenzal y se alía con la luz. Los muebles quedan enmarcados por el techo de volta catalana original. La elección del resto de los materiales es fiel a su esencia de campo, con un antepecho de azulejos vidriados hechos a mano, la encimera de piedra de canto rugoso y un fregadero de mármol recuperado.

La cocina cuenta también con un comedor de diario en el centro de la estancia que también se usa como isla de trabajo. Destaca por sus sillas en verde turquesa y su mesa de madera recuperada que combina a la perfección con el verde empolvado del mobiliario y el luminoso y acogedor beige de las paredes y el antepecho.