Blanco, azul, verde, los suaves tonos pastel... Son colores que en paredes, textiles o complementos, tienen un efecto refrescante.
Si las paredes de tu salón son blancas, tienes mucho ganado, ya que con unos pocos detalles bastará para que respire un look más en sintonía con esta calurosa estación. De no ser así, y tienes un color de pared cálido puedes compensar su temperatura visual con detalles de cristal, textiles en blanco y plantas o algún arreglo floral. Ten en cuenta que el verde, el blanco y los tonos más suaves de rosa, malva o amarillo, son garantía de frescor sin llenar el salón de excesivo color.
Textiles naturales, frescor garantizado
Son un apuesta segura, pero en verano, más. Y es que, a diferencia de las fibras sintéticas, las naturales son transpirables, cualidad importantísima cuando el calor aprieta. Cuanto menor sea el porcentaje de sintético, más fresquita estarás.
Los textiles naturales son una opción muy práctica para las fundas del sofá, sobre todo si la tapicería es muy invernal. Cambiar esta por una versión más light para el verano es una solución fácil y económica que transformará tu sofá.
Fibras vegetales: uso y abuso
Ya sea en piezas de mobiliario, como pufs, sillas o butacas, como en complementos, alfombras, cestas o bandejas decorativas, las fibras naturales están de moda y dan un plus fresco, a la vez que acogedor y cálido. Cambiar la alfombra de lana de pelo largo por una de cáñamo es garantía de frescor a la vez que dará un aire natural y eco a tu casa. Un consejo: elígela mezclada con algodón o lino para que gane en suavidad.
Luz pero al fresco
Llega el verano y el sol y la luz, idolatrados durante el resto del año, son casi el enemigo público número uno. ¿Cuántas veces hemos cerrado la casa a cal y canto para que no entrara un rayo de sol? Infinitas. Y después, llega el mes de octubre y le rogamos al dios Ra que no se olvide de visitar nuestra casa puntualmente...
Ni tanto ni tan calvo. Si eres de las afortunadas que disfruta de luz natural en casa, no hace falta que te encierres en verano como si el mismísimo Conde Drácula se hubiera mudado a vivir contigo. Valora apostar por cortinas dobles que filtren la entrada del sol sin dejarte a oscuras. O, si estás en tu apartamento de verano, unas contraventanas son siempre un acierto: son decorativas y permiten regular la entrada de claridad, según tus necesidades. Otra buena opción es instalar un toldo o unos estores enrollables de esparto. Son soluciones que permiten controlar el paso de luz sin tener que renunciar a ella.
Entonces, ¿estás preparada para disfrutar de tu salón de verano?
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