Decorar un salón es una de las tareas más importantes cuando queremos dar un aire nuevo al hogar. Y es que este lugar es uno de los más utilizados en casa, además de ser un sitio donde descansamos y compartimos habitualmente. Mantenerlo estéticamente bello, ordenado y diseñado para ser un espacio acogedor, es fundamental. Sin embargo, en el afán de querer conservar antiguos objetos o decoraciones pasadas, podemos correr el riesgo de envejecer el ambiente. Conversamos con la interiorista experta Nora Batlle para saber cuáles son esos elementos a los que deberíamos decir adiós y cuáles realmente deberían quedarse en la sala. 

"Cuando hablamos de decorar un salón, hay elementos que suman y otros que restan. A veces acumulamos cosas que, lejos de embellecer, acaban siendo obstáculos para disfrutar plenamente de este espacio", afirma Nora. 

3 cosas que tiraría de tu salón hoy mismo

1. Protectores de sofá

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Los protectores realmente no aportan mucha información a nivel de decoración.

Canva

Aunque son accesorios que pueden parecer útiles, realmente no son necesarios. "Los cubre-todo, esos protectores que esconden el sofá, son como ponerle una funda a la vida. Entiendo el miedo al desgaste, pero ¿no es mejor disfrutar del sofá tal como es?", señala la experta.

Ahora bien, si tienes niños o mascotas en casa, es probable que requieras de alguna alternativa que mantenga el lugar limpio. Nora Battle nos invita a apostar porsofás desenfundables con telas lavables. "Así puedes vivir y disfrutar tu salón sin sentir que tienes que mantenerlo intacto", comenta. 

2. Jarrones vacíos

En segundo lugar, anímate a limpiar tu salón de jarrones vacíos. En verdad, no tienen sentido estético ni mucho menos crean un espacio acogedor. Nora Batlle señala que "un jarrón sin flores o ramas secas no es más que un objeto que ocupa espacio. Su función está incompleta y, en lugar de aportar, se convierte en un recordatorio de algo que falta". 

¿La solución? ¡Usarlos para lo que fueron diseñados! "Llénalos con flores frescas, ramas de eucalipto o cualquier elemento natural que conecte tu salón con la vida", afirma Nora.

3. Muebles o decoración impersonal

La interiorista es enfática en este último punto: "diría adiós a cualquier pieza de decoración o mobiliario que no tenga significado para ti. Los salones son espacios de conexión y refugio, no un catálogo de muebles estándar", nos cuenta. 

Es fundamental que cada estancia de nuestra casa tenga un sello singular. No todas las personas son iguales, ¡y sus espacios tampoco! "Si algo está ahí solo porque “venía en el pack”, es hora de repensarlo y dejar espacio para algo que te represente más", dice Nora. 

3 cosas que sí me quedaría al renovar el salón

1. Cojines y textiles

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Los cojines aportan textura e interés visual al salón.

Meritxell Arjalaguer | Proyecto de Nora Batlle

Hay cosas que nunca están de más en el salón. Y los cojines y textiles son parte de esos objetos que aportan contenido a nivel visual. Nora comenta que "un sofá sin cojines es como un cuadro sin marco". Y es que no olvidemos que este es el mueble más importante del salón. Añadir texturas y colores es fundamental. 

"Los cojines, las mantas y otros textiles no solo aportan confort, sino que también son una oportunidad para jugar con colores, texturas y estaciones. Además, son fáciles de renovar si alguna vez quieres cambiar la energía del espacio", nos cuenta Nora.

2. Velas

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Las velas y esencias crean un ambiente sensorial exquisito.

Meritxell Arjalaguer | Proyecto de Nora Battle

Si lo que buscas es crear un entorno acogedor y personalizado, las velas son esenciales. "Aportan calidez, crean ambiente y, si son aromáticas, añaden una dimensión sensorial que conecta con nuestras emociones. Coloca varias en distintos tamaños y juega con portavelas para darle un toque personal", señala la experta. 

3. Fotografías y objetos personales

Librería con fotos y libros.

Librería con encanto diseñada por Jeanette Trensig.

El Mueble

Finalmente, Nora nos invita a sellar la decoración del salón con un broche de oro: fotografías y objetos personales. "Un salón sin recuerdos es un espacio frío. Las fotografías, los libros que te inspiran y los objetos que cuentan historias aportan la esencia que convierte un salón bonito en un lugar con alma", nos comenta la interiorista. Después de todo, cada detalle en el salón refleja una parte de nuestra identidad. "No tengas miedo de mostrar quién eres y lo que te importa", afirma Nora.