Salones pequeños: 5 alfombras que no debes usar porque empequeñecen (y 5 que sí)
Del tamaño y diseño de una alfombra depende nuestra percepción del espacio. Por eso, si tu salón es pequeño, mejor que tengas en cuenta estas claves para elegir el modelo ideal
10 puntos a tener en cuenta a la hora de elegir la alfombra para un salón pequeño.
El Mueble
Se acerca el momento de vestir el suelo del salón con una alfombra que, además de enriquecer la decoración, aporte calidez y confort al ambiente. Pero ojo, porque este complemento textil juega un papel crucial en cómo percibimos el espacio.
El tamaño, la forma, el color y la textura de una alfombra son rasgos del diseño que pueden hacer que tu salón se vea más pequeño y cerrado de lo que realmente es. Por eso, para orientarte a la hora de escoger el modelo perfecto, hemos preparado una pequeña guía con 5 alfombras que te ayudarán con la sensación de amplitud y 5 que es mejor evitar si no quieres que el espacio se vea reducido y abarrotado.
Sofás y butacas realizadas a medida con lino de Yute's. Mesa de centro y taburete recuperados por Seawashed. Cojines y alfombra, de la Libélula Home.
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Sí: una alfombra proporcional al tamaño del salón
Lo ideal es que la alfombra no ocupe más del 60-70% de la zona de estar. Así, conseguirás que el ambiente quede delimitado sin invadir otras áreas y, al quedar zonas del suelo visibles alrededor de la alfombra, dará la sensación de amplitud.
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Librerías y mesa de centro, diseño de Aurora Monasterio. Puf Farlov, de IKEA Espejo, de Maisons du Monde. Alfomnbra, de Nacho de la Vega.
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No: una alfombra demasiado grande
Las alfombras que cubren casi toda la superficie del salón no funcionan en espacios pequeños porque recargan el ambiente. Recuerda que debe ser al menos tan ancha como el sofá, pero lo ideal es que sobresalga 15-20 centímetros a cada lado.
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Sofá, mesa auxiliar, cuadro y alfombra de lana, de Merc&Cía. Puff, de Gancedo. Aparador y lámparas, de Coton et Bois.
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SÍ: una alfombra lisa
Los diseños sencillos no sobrecargan el espacio visualmente. Para un salón pequeño, elige una alfombra de colores neutros o suaves, lisa o patrones mínimos como rayas finas o puntos pequeños. Estos diseños no solo evitan que el ambiente se sienta saturado, sino que también permiten que otros elementos decorativos, como los muebles y las paredes, destaquen sin competencia visual.
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Sofá, de Cusó Tapissers. Mesa de centro, de Valera Sidañez, en Sacum. Butacas, de La Maison.
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No: una alfombra con patrones grandes
Solo si en tu salón predominan los tonos neutros y las maderas claras, puedes permitirte la licencia de colocar una alfombra vistosa, con grandes motivos en colores vivos. De lo contrario corres el riesgo de que el espacio se vea congestionado y, por tanto, más pequeño. Conclusión: cuidado con los excesos.
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Mesa y baldas a medida, de Piccolo Mondo. Silla, de Catalina House. Lámparas, de Avanluce. Sofá y mesas de centro, en La Maison.
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Sí: una alfombra redonda
Al romper con las líneas rectas del mobiliario, aportará dinamismo y hará que el salón parezca más acogedor. Eso sí: la mesa de centro deberá tener también esa forma para que el conjunto resulte equilibrado. Puedes poner una sola o un juego de mesas nido, como se ha hecho en este salón.
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Sofás y alfombra, de IKEA. Escalera, en Batavia. Cortinas, de Habitat.
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No: una alfombra de pelo largo
Aunque son suaves y es muy agradable caminar descalzo sobre ellas, las alfombras tipo "shaggy" añaden volumen y tienden a acentuar el desorden visual en salones pequeños.
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Sofá, de T&C Projects. Puffs, en India&Pacific. Mesa de centro, de Sacum. Lámpara de pie, en Carolina Blue. Alfombra, de IKEA. Cortinas, de Yute's.
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SÍ: una alfombra de fibra natural
Los diseños de yute o sisal son geniales para salones pequeños porque son materiales ligeros, tienen poco espesor y, por tanto, no sobrecargan el espacio. Además, los tonos naturales reflejan la luz en lugar de absorberla, contribuyendo a una atmósfera más luminosa y abierta. Son fibras duraderas y fáciles de mantener, lo que es resulta muy práctico en espacios pequeños donde la limpieza frecuente es esencial.
Alfombra, de Papiol. Suelo de parqué, de Parkestil.
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No: una alfombra de un color oscuro
Colores como el negro, el marrón chocolate, el gris intenso o el terracota, absorben la luz en lugar de reflejarla, lo que puede hacer que un salón pequeño se sienta más cerrado y menos espacioso. Aunque si tu salón es pequeño, pero cuenta con una buena iluminación, no tienes por qué renunciar a una alfombra oscura. Bastará con equilibrar su presencia con elementos en tonos más claros para mantener la sensación de amplitud.
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Sofás, de Maisons du Monde. Mesa de centro y taburetes, de El Globo Muebles. Cortinas, de Zara Home. Alfombra de lana, de Tailak.
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Sí: una alfombra clara
Las alfombras de color crema o beige ofrecen una base versátil que aporta claridad y si, además, mantienes la unidad cromática con paredes y tapicerías, el efecto de amplitud será aún mayor. Eso sí: procura añadir contrapuntos de color a través de cojines y plaids para que el ambiente no quede "plano". Los tonos pastel –azul celeste, verde menta o lavanda– también funcionan de maravilla en salones pequeños: añaden un toque de color sin hacer que el espacio se sienta más pequeño.
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Sofá y puff, de Thales de Mileto. Mesa de centro, de Borgia Conti. Cuadro, de Línea Lateral. Alfombra, de Gancedo.
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No: una alfombra con texturas muy marcadas
En un salón pequeño, es preferible optar por alfombras con superficies planas y sencillas que mantengan el espacio visualmente despejado. Si aún así los modelos con textura son tus preferidos, busca opciones con relieves sutiles y de bajo perfil para evitar que el espacio se sienta abrumado.