¿Qué es lo que tienen estos salones de montaña y campo que tanto nos han gustado? Pues lo que han de tener: elementos arquitectónicos típicos de la zona, chimeneas estilosas, piezas artesanales, colores neutros, dosis de eclecticismo y unas vistas impresionantes que quitan el sentido. Se está tan a gusto en ellos que cuesta salir al exterior. Descubre todos sus intríngulis y entenderás por qué quien tiene una casa en la montaña o en el campo, tiene un tesoro. Aprovecha tu salón rústico, sácale todo el partido, ¡y disfrútalo!
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