Este piso de 75m2 en Madrid es pequeño, pero matón. Está pensado al milímetro y ha rejuvenecido. Por Deco & Living // VÍDEO Y PLANO

Un piso pequeño puede tener un recibidor acogedor y bonito y para prueba este de aquí. A primera vista resulta súper agradable, con su consola de madera con cajón y espacio para guardar las cartas, su papel pintado de efecto textil, que lo viste y arropa, y su espejo de forma orgánica, que da profundidad y un plus de estilo. ¡Aunque no siempre ha sido así! Antes lo que había era un pasillo largo, estrecho y oscuro, por eso Estela decidió pintar de blanco y poner una tarima de madera para ganar calidez. Uno de los muros lo convirtió en una puerta corredera que da amplitud al pasillo y permite cerrar el comedor, que enseguida veremos.

El salón queda justo al lado de esas puertas correderas y ocupa la parte más soleada de la casa, la que tiene balcones y da a la calle. El suelo hidráulico de la zona de estar era de los elementos más característicos de la casa y por eso Estela decidió conservarlo. Lo que sí quitó fue una antigua y pequeña chimenea, y puso en su lugar la TV, con un mueble bajo hecho a medida que queda estiloso con las puertas fresadas y los tiradores negros. Las mesas de centro de madera eran necesarias para dar el toque de calidez. ¡Fantástico!

Las balconeras también son originales y conservan el encanto particular que tenía el piso antes de la reforma. Justo en frente de la TV, Estela ubicó el sofá. Un modelo pequeñito, pero muy cómodo y mullido en gris, el color en tendencia. Para sumar plazas de asiento, añadió un par de butacas de efecto borreguito y patas de hierro que añaden el toque moderno, junto al gran cuadro con color y la mesa auxiliar blanca, que parece un bloque de cemento. ¿El resultado? Un salón actual y luminoso, ¡que invita a estar!

El gran objetivo de Estela era ganar luz y conseguir que fluyese por todos los espacios. De ahí que lo pintase todo de blanco y pusiese un gran espejo que refleja la luz que entra directamente por las balconeras. ¿Otra gran solución? Conectó el salón con el comedor y el pasillo a través de unas puertas acristaladas correderas. ¡Así todo fluye! El banquito de fibras, con su manta y sus cojines, acaba de arropar el ambiente.

Donde ahora vemos el comedor, antes había un dormitorio sin ventanas y un trastero angosto que solo servía para acumular objetos. La interiorista los unió y derribó el tabique que daba al pasillo. Así consiguió un espacio amplio y luminoso donde instaló el comedor, que quedaba en la otra punta del piso. Aquí hay tres grandes protagonistas: la gran mesa de madera, el mural en la pared y el armario a medida que combina puertas y baldas. ¡Practicidad y estilo por partes iguales! "La lámpara de techo es liviana, así no resta peso visual a la mesa ni al mural", apunta Estela.

El piso tiene una planta muy alargada y en origen salón, cocina y comedor estaban muy separados. Por eso, no solo acercó el comedor al salón, también la cocina, que ahora se encuentra justo al lado izquierdo del recibidor. ¿Qué había antes aquí? Otro dormitorio en el pasillo. Tirando el tabique, Estela logró esta coqueta cocina abierta en forma de U, que tiene hasta mini barra para tomar algo rápido.

Al estar en una zona de paso (justo al otro lado se encuentra la zona de noche), Estela delimitó la cocina a la vista con una península en la que ubicó el fregadero. "Quisimos aprovechar mucho el espacio y darle un aspecto actual y cálido. La clave fue llevar los armarios hasta el techo y añadir madera, tanto en los frentes superiores como en el suelo, que sigue siendo la misma tarima para ganar continuidad", explica la interiorista. 

Si a la cocina ya le ha sacado buen partido, ¡al dormitorio principal aún más! Es estrechito, pero no le falta nada, hasta tiene armario empotrado. "Disimulamos la inclinación de la pared con un cabecero a medida que sirve de estante y tiene hornacinas a modo de mesitas de noche. Para despejar más el espacio pusimos unos apliques", nos cuenta Estela. Como habrás imaginado, el dormitorio no estaba aquí. Se encuentra donde antes estaba la cocina. De esta forma, la distribución del piso es mucho más lógica, con las zonas de día y noche separadas, y no mezcladas.

Al mover de sitio el dormitorio, la interiorista consiguió regalarle un cuarto de baño en suite. El mueble blanco y el alicatado gris clarito le da un aspecto limpio y luminoso y en un entrante de la pared ubicó el inodoro, así no se ve al entrar. Justo enfrente del mueble de baño diseñó la zona de ducha, con dos armarios a los lados. ¿Te has fijado? La pared acristalada da muchísima profundidad.

El último espacio que nos queda por ver es el baño de cortesía. Antes era el principal de la casa y sus azulejos azules y sanitarios anticuados no lo hacían nada relajante. Estela le dio un cambio total. Con el mueble volado a medida aprovechó súper bien el espacio (tiene un cajón profundo y espacio para las toallas) y dio el toque de estilo con el suelo. Un mosaico blanco y negro que se lleva muy bien con el espejo, el aplique y el pomo de la puerta, también negros. Justo al lado está el inodoro y una ducha con hornacinas.

El principal hándicap de este piso pequeño era que los espacios estaban demasiado compartimentados y la cocina y el comedor quedaban a la otra punta del salón, con dos dormitorios a lo largo del pasillo. Estela tiró tabiques y reubicó estancias: creó un comedor muy diáfano conectado al salón, la cocina la diseñó justo al lado del comedor, abierta y con mucho espacio para guardar, y consiguió rascar espacio para una suite y un baño de cortesía. En apenas 75 m2, ¡quién lo diría!

La interiorista Estela López es la fundadora del estudio Deco & Living, encargado de la reforma de este piso pequeño en Madrid. No solo lo ha hecho práctico y cómodo, también le ha dado mucha luz y estilo jugando con el blanco, las puertas correderas y los muebles de madera y piezas modernas. ¡Misión cumplida!