Un salón pequeño que resulta amplio y espacioso. Parece un sueño, ¿verdad? En realidad, tomando las decisiones correctas al planificarlo, amueblarlo y decorarlo conseguirás que parezca más grande de lo que es. Al elegir los muebles, hazlo con cabeza: piensa en el espacio que tienes, mide bien y valora tus necesidades. No te dejes llevar por las gangas o por un capricho sin comprobar si esa pieza cabe en tu salón. Piensa que lo mejor es elegir un mueble para toda la vida –y más si es para el salón–.
Pero, además, para sacarle todo el partido al espacio, hay varias cosas que puedes hacer –además de elegir muebles prácticos y bonitos–:
- Evita colocar el sofá o un mueble de manera que impida el paso de la luz natural. Es mejor, como ya te hemos dicho, colocar un mueble bajo o un estante.
- Controla las distancias entre los muebles, que os permitan pasar de manera cómoda. Unos 80 cm es la medida perfecta para desplazarse holgadamente, con excepción de la mesa de centro, que, con 45 cm entre ella y el sofá será suficiente.
- Los puffs son un elemento primordial para tener asiento cuando tienes invitados. Fáciles de mover y a los que, además, puedes dar varios usos. Sirven, no solo como asientos, también para poner los pies o como mesa de centro si el salón es muy pequeño.
- Separa el estar de la zona del comedor con alfombras: diferenciarás los espacios visualmente y estarán bien definidos.
- Olvida los muebles que ocupan la pared entera. Sí, esos de salón comedor típicos en casas de padres y abuelos. Grandes, voluminosos y que tenían espacio para todo. Es mejor que ocupes el espacio que hay bajo la ventana pintado del mismo color que la pared.
- Decora la pared, pero con mesura. Sabes que en El Mueble somos alérgicos al síndrome de la pared vacía, pero no te excedas. Si llenas la pared del sofá o pones unos cuadros muy grandes, el salón parecerá más pequeño de lo que es. Y el sofá también.