Las segundas oportunidades, a veces son necesarias, e incluso salen bien. Por lo menos cuando nos referimos al ámbito de los espacios y el interiorismo. De hecho, de esto sabe mucho la interiorista Cristina Garau, sobre todo después de su último proyecto. La experta reconvirtió un garaje de una casa principal en toda una vivienda de ensueño. Pero, ¿cómo lo ha conseguido? Partimos de la base de que, la que ahora es una nueva casa, tiene unas dimensiones de tan solo 30 m2. Y es que, el muro principal de la vivienda, de piedra de marés, piedra de construcción típica de mallorca, es el pie de dicha piscina, con un desnivel de más de 40 centímetros entre techo y suelo.
Pero a problemas, soluciones. Para aprovechar este desnivel, Cristina, junto a otra interiorista, Mar Santiesteban, diseñaron una nueva distribución para poder hacer esta casa habitable dentro de sus características. Así, se realizó una pared de apoyo para la cocina y mobiliario a medida en distintos puntos de la vivienda. Se ha redistribuido de tal manera que han quedado zonas delimitadas y separadas, además de dar un foco especial a la cocina, la pasión del propietario.
La vivienda se ha proyectado en un estilo rústico, con toques de diseño industrial, jugando con el uso de materiales naturales, manteniendo las paredes de marés propias de la zona y aprovechando cada milímetro de la vivienda a través del diseño de mobiliario de madera a medida en líneas actuales. Materiales que buscan la armonía con el paisaje y el entorno circundante. ¿La vemos? ¡Vamos!