El corazón de Judit Molins late por diseñar espacios que sean reflejo de la identidad única de cada uno de sus clientes. Su pasión por su trabajo ha llevado a la interiorista a dar con diferentes hogares que, tras su paso por ellos, los ha convertido en espacios con alma. Incluso tratándose de los más pequeños. 

No hay reto que se le resista. Por eso, cuando los propietarios de un pequeño apartamento costero en Sitges (Barcelona) contactaron con ella, no dudó en embarcarse de lleno en la reforma y trabajo que tenía por delante. La idea, era convertir sus 78 metros cuadrados en ese refugio en el que se inspirara esa sensación de "estar en casa".

El objetivo de su transformación estaba claro: debían buscar un diseño fresco y decoración acogedora que reflejara el entorno marítimo de su exterior, apostando también por materiales duraderos. "El principal desafío fue equilibrar funcionalidad y estética para un apartamento de uso vacacional" dice Judit. "La elección de materiales resistentes y fáciles de mantener fue crucial, destacando el porcelánico, imitación parquet, que aporta calidez visual y es perfecto para resistir la humedad". Además, se buscó maximizar la luminosidad natural y crear una atmósfera relajante que invitara al descanso. ¡Vemos el resultado final!