3 colores de cortinas que amamos y 3 que evitaríamos a toda costa
Son elementos esenciales en las casas más bonitas de El Mueble. Visten las estancias, dan calidez y regulan la entrada de luz, pero no todas sirven para crear ambientes especiales
Periodista especializada en decoración, moda y lifestyle
Actualizado a 24 de abril de 2024, 07:34
Estos son los colores de cortinas que se llevan (y los que no).
El Mueble
Pocas cosas visten tanto un hogar como unas buenas cortinas. Aparte de tener en cuenta trucos muy recurrentes en las casas de la revista El Mueble, como dejarlas arrastrar en el suelo unos pocos centímetros, también debemos prestar atención a las tendencias de color que se nos presentan cada año. Los cambios de temporada a temporada son sutiles, pero refrescantes y relevantes a la hora de plantear el cambio de look en una estancia.
Sabemos que este año el color ha entrado en nuestras casas por la puerta grande y, aunque siguen permaneciendo las paletas neutras en este tipo de textiles, se dejan intuir tímidamente cambios hacia otras vertientes. La mayoría las encontramos en tonos naturales, pero deslavados y sin patrones ni motivos. A continuación, te contamos los 3 colores que debes tener en cuenta y los que debes desterrar para siempre. ¡Atenta!
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Salón comedor con puertas acristaladas y cortinas en tonos tierr
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SÍ: Tonos terrosos
La eterna duda planeaba siempre: ¿blanco impoluto o colores más cálidos? Normalmente, solían ganar la gama de los tonos neutros, pero ahora las tornas han cambiado o, al menos, se concede cierto protagonismo a los tonos terrosos en su versión más potente (nada de sutiles beiges imperceptibles). ¿El resultado? Estancias cálidas y tremendamente acogedoras como el salón-comedor que vemos en esta imagen.
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comedor decorado con lamparas de tendencia 00557351
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Salón con cortinas de color verde.
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SÍ: Colores naturales deslavados
El blanco impoluto da paso a la gama de los tonos naturales a los arcillas, terracotas o verdes, el color de moda en las cocinas de este año, convertido ahora en el rey del resto de la casa ¿El único requisito? Que tengan siempre un tono deslavado que no llame la atención. La clave es que se mimetice de forma orgánica en la decoración, con un puntito rústico inspirado en la naturaleza.
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Comedor clásico con estor blanco y cortinas estampadas
El Mueble
NO: Colores chillones y estampados a juego
Sobra decir que la estridencia no es la baza a seguir, al menos en las casas El Mueble, y mucho menos combinada con otros textiles a tono. ¿Unas cortinas malva con ropa de cama a juego? Nunca. ¿Unas cortinas estampadas con cojines del sofá a tono? Tampoco. Sé sutil en los colores si quieres incorporar estampados, pero nunca hagas un total look con el resto de piezas de la estancia.
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Salón con estores blancos y cortinas grises
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NO: Gris suave y con trama horizontal
Nos retrotraen a décadas pasadas, con un punto quizás infantil. Las cortinas con este tipo de tramas horizontales no favorecen a este salón y lo apaga un poquito más con ese tono gris sin demasiada gracia que, al contrario de los tonos tierra, tiende a languidecer el ambiente. Al tener un sofá oscuro, lo ideal habría sido meter un punto de luminosidad con una cortina neutra de lino o algodón, sencilla, pero mucho más efectiva.
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Salón con cortinas con faldones en diferentes gamas de marrón.
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NO: Faldones bicolor o tricolor
Lo que se busca en un espacio es un ambiente limpio y sin ruido visual. Lo que consiguen las cortinas que incluyen faldones de dos o tres franjas de color en su parte inferior es todo lo contrario. Si quieres incorporar algún detalle en contraste, procura que sea tan sutil como un simple ribete o festón, como vemos en este dormitorio diseñado por Sandra Vergara.
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Diseño de SuBe Interiorismo, con sofás y butaca diseñados a medida en Deco Lur. Mesa de centro, de Ethincraft.
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SÍ: Gris antracita
Lo sabemos, es un tono complicado de incorporar en unas cortinas, pero desde que Zara Home lo incluyera en sus propuestas de primavera, no hemos dejado de verlas como absoluta inspiración. La clave está en combinarlas en casas de bases muy neutras, con suelos de madera y paredes blancas. Los muebles que combinan con ellas son muchos oscuros y de líneas minimalistas y depuradas. Lo que se pretende conseguir con este tipo de soluciones es crear un ambiente de introspección, con cierta estética japonesa que atrapa. Para potenciarlo, también se incorporan gramajes mucho más altos con los que conseguir mayor opacidad.