Al lector Salvador no le había picado el gusanillo de la decoración hasta que se mudó a su primer piso de soltero con 24 añitos. Fue entonces cuando ojeó, por primera vez, los ejemplares de El Mueble que coleccionaba su madre desde los años 90.
"Cuando me dieron las llaves de mi piso en Arganda del Rey no sabía ni por dónde empezar. Al verme sin tener ni dónde sentarme y sin nadie en Madrid, decidí que era momento de ponerme las pilas", explica.
Este abogado y auxiliar de vuelo malagueño, afincado en Madrid desde hace 20 años, recurrió a El Mueble para coger ideas y a Ikea para encontrar soluciones económicas, junto con Zara Home. Los que para él han sido "los tres pilares de la decoración".
Vive en un piso esquinero, muy luminoso, con vistas a la piscina y al parque del Grillero. "Su orientación es lo que más me gusta. La verdad es que las vistas de mi casa me dan la vida". Además, tiene doble acristalamiento por lo que es súper silencioso.
Las noches de verano, cena al fresco en la mesa de la terraza y se relaja en el sofá de exterior a luz de las lámparas. "Si tenemos compañía para cenar, me cabe una mesa plegable", cuenta nuestro anfitrion.
Salvador compró este piso de unos 100 metros cuadrados sobre plano y lo ha ido transformando sin hacer reformas según sus necesidades. Y el piso ha ido creciendo y empequeñeciendo con él.
De piso de soltero pasó a piso de matrimonio y de matrimonio con hijos a vivir solo con su hijo. "Al final, acabas encontrando espacio en rincones que nunca habías pensado diera tan buen servicio", cuenta.
Fichó un sofá de Ikea en El Mueble y lo renovó hace poco. "Lo vi en varios números y estoy muy contento con el cambio", confiesa el lector. Quien admite que lo que más le gusta de su salón son las vistas: "En invierno, con la luz de lectura y la chimenea eléctrica al fondo parece de cuento".
La cocina es otro de sus rincones favoritos. "Paso mucho tiempo aquí y tengo mil trastos y robots". Hace poco le hizo un cambio radical con muy poco presupuesto. ¿Cómo? Con ideas de El Mueble y la ayuda de tutoriales.
Viniló una pared con papel de inspiración a baldosa hidráulica e instaló una barra con puntos de luz y un espejo para ganar amplitud. Pero eso no es todo.
También pintó de blanco la greca del azulejo azul, puso suelo vinílico de imitación madera, cambió la encimera y encargo unos cajones a medida en zócalo para ganar espacio. ¡Qué buena idea! Por cierto, ¿te has fijado en la balanza Mobba? La usa como frutero.
"Estoy estudiando en la universidad y necesitaba un rincón de estudio. Quité la cómoda de los pies de la cama y monté un pequeño estudio nórdico", explica al llegar al dormitorio.
Confiesa ser un auténtico amante del estilo vintage. Y lo vemos en la cantidad de piezas recuperadas que decoran gran parte de la casa. ¿Por ejemplo? Las cómodas restauradas y el espejo eran de su abuela. El cabecero de madera pintada también le da un punto.
"Una vez cierro la puerta, siento estar en un hotel". Y no nos extraña. Porque el dormitorio de Salvador tiene de todo, desde el rincón de estudio hasta un vestidor, un baño tipo suite, un televisor y aire acondicionado.
"No es un piso espectacular, pero es mi refugio, mi intimidad y mi templo y estoy totalmente enamorado de mi casa", sentencia.