"Durante unos 26 años, cada mes habéis conseguido que ese momento de ir al kiosco a por el nuevo número de la revista El Mueble, y mi tiempo dedicado a ir descubriendo sus páginas, sea algo especial y único. Conservo todos los números. Hay momentos que cojo varios ejemplares y me pierdo entre sus páginas como si fuera la primera vez en verlas. Siempre han sido una fuente de inspiración. Simplemente gracias". Raquel Elisa es la lectora protagonista de hoy y vive en Lumbrales, un pueblo de Salamanca, cerca de la frontera con Portugal.
"A pesar de vivir en un pueblo y que lo más común hubiera sido una vivienda de planta baja, nosotros queríamos un dúplex con mucha luz y vistas a nuestro querido Portugal. Construimos nuestra casa sobre el solar que había ocupado la vivienda de mis abuelos. En recuerdo a ellos incrustamos en la pared de piedra, de una de las terrazas, el peldaño, pilares y dintel de la puerta principal que tenía su casa. Nosotros diseñamos el proyecto y dirigimos las obras, de la parte más técnica se ocupó el arquitecto", narra nuestra lectora.
En la casa de Raquel predominan los colores neutros, como el beige, el blanco y el gris. Todos ellos combinados con la calidez de la madera.
En el bajo de la escalera, la protagonista de este artículo tiene una bonita alacena y un mueble de recibidor en verde.
"Tal vez por inquietud o por lo que nos facilita nuestro trabajo, ya que gestionamos un almacén de materiales de construcción, la casa desde el año 2008 ha vivido varios cambios, sobre todo decorativos, pero también alguno estructural. Nos gusta cambiar el color a las paredes y también a los muebles, que han sido restaurados por mí. Hemos diseñado muebles a medida para diversas estancias. Lo último ha sido la biblioteca en el distribuidor de la zona de dormitorios", detalla nuestra lectora.
El dormitorio, muy luminoso, sigue con la línea cromática del resto de la casa y solo la rompe la ropa de cama y el cabecero, en tonos más oscuros.
"Mi espacio preferido de la casa es, sin duda alguna, mi Atelier. Fue un sueño que pude materializar varios años después de construir la casa. Tenía su espacio reservado en la planta baja del edificio", confiesa Raquel.
Y añade: "Aunque profesionalmente gestiono una empresa familiar con mi marido, necesitaba un espacio donde desarrollar mi parte creativa. Diseño proyectos de patchwork y scrapbooking, restauro muebles y hago proyectos de decoración y escaparatismo. Como ocurrió con la casa, el diseño del proyecto, la decoración y la dirección de obra fue trabajo de los dos, incluso parte de su ejecución".
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