Single, ¿quién dijo solo?
De lunes a viernes vives solo, y con tu sofá de dos plazas tienes más que suficiente. Pero, ¿qué ocurre el fin de semana? Si eres de los que sale huyendo por la puerta maleta en mano el viernes por la noche dispuesto a recorrer Europa, tu sofá no es un problema. El domingo te estará esperando igual que lo dejaste. Pero si eres un anfitrión en potencia, tu sofá biplaza tiene todos los números de quedarse muy pequeño el sábado noche. En estos casos, un comodín muy práctico son los puffs. Regalan asientos extra y crean una tertulia dinámica e informal. Valora también prescindir de la mesa de centro a favor de mesitas nido: se guardan una dentro de otra y cuando las necesites, podrás separarlas para crear varios puntos de apoyo.
Tú y yo: juntos, pero cómodos
Si sois dos en casa, es importante que ambos estéis cómodos en el sofá. En este sentido, lo ideal es contar con una plaza más de los que sois, así podréis sentaros relajadamente sin sentiros encorsetados. Los sofás con un módulo chaise longue resultan muy cómodos y versátiles, ya que integran en una sola pieza dos actividades: descanso y, por ejemplo, lectura. El único 'pero' es su tamaño: lo mínimo es que mida unos 250 cm de largo y unos 150 cm de fondo en la parte más larga. Si no te cabe, siempre puedes completar el sofá con una butaca ligera, que puedes mover o cambiar de estancia según las necesidades de cada momento.
A prueba de niños: con soluciones a su medida
Cuando hay peques en casa, el salón debe estar preparado para acogerlos. A ellos y a sus juegos. Mentalízate: el salón será su patio de recreo preferido. Así que, puestos a que jueguen, mejor que lo hagan con todas las garantías. Elige alguna pieza a su medida: una mesita auxiliar y una sillita donde puedan pintar o hacer sus primeros garabatos. Un puff o cojines grandes para que puedan sentarse en el suelo cómodamente son siempre un acierto.
Lo mismo ocurre con una alfombra, que amortiguará sus juegos y posibles caídas. Elígela de pelo corto –acumulará menos polvo y suciedad– y que puedas meter en la lavadora. Y lo que nunca nunca pueden faltar son soluciones para tener en orden sus juguetes: unos cestos o un baúl son muy cómodos porque ellos mismos podrán guardar sus cosas. En cuanto al sofá, es básico que lo elijas sufrido y desenfundable. Lo agradecerás.
Con vocación familiar: para dos... y toda la familia
Hijos, nietos, amigos... Y todos deben caber en salón... ¡Y en el sofá! No hay soluciones mágicas –sobre todo si los metros son un problema–, pero los sofás rinconeros obran maravillas. Al aprovechar el rincón, regalan un par de plazas extras que, con dos sofás en "L", se desaprovecharían. Puedes completarlo con un par de butacas, que podrás mover según las necesidades, y si hay peques en la familia, nunca está de más tener algún puff a mano. Una gran mesa de centro, que sea accesible desde las diferentes zonas del sofá, resultará muy práctica.
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