1. Antes: un local oscuro y súper compartimentado Este era el típico local comercial de planta baja oscuro, sin apenas ventanas y lleno de minicubículos. Hasta que Andrea dio con él y no dudó en tirarlo todo abajo, como se aprecia en esta foto del proceso inicial de reforma, para aprovechar sus dos grandes puntos fuertes: los metros y su ubicación privilegiada, ya que daba a un parque interior de viviendas. Después: un piso súper luminoso y con terraza Andrea tenía claro que luz y metros iban a ser las dos prioridades de la reforma. Para lograr lo primero, y llevar más luz a ese antiguo local oscuro, se abrió el gran ventanal del salón, que antes no existía. Y se pintó todo de blanco, creando una base neutra muy luminosa. La distribución diáfana de la zona de día también ayudó a que la luz circulara de punta a punta del piso. Después: una zona de día diáfana ¡y sin zonas de paso! Para aprovechar al máximo los metros, Andrea decidió planificar la zona de día diáfana, que organizó en tres planos –salón, comedor y cocina–, y se alió con el mobiliario para zonificar. Además, prescindió de las zonas de paso: ni recibidor ni apenas pasillos. ¿El resultado? Un piso que respira amplitud y claridad. Descubre el resto de soluciones de este pisazo . 2. Antes: unas oficinas ochenteras compartimentadas y viejunas Suelos de Sintasol con efecto madera(un material plástico para revestir pavimentos), puertas de color rojo, espacios compartimentados con separaciones de cristal... Feo, frío y con cero encanto. Así era la oficina con la que se encontró el equipo de Ramisa Projects & Fun. Antes: una demolición integral para empezar de cero "El piso no tenía ningún encanto, pero estaba ubicado en un edificio que nos evocaba un espacio como el que al final proyectamos, puesto que tenía grandes huecos por los que entraba mucha luz enfrente de una alameda llena de vegetación centenaria. Para lograr nuestro proyecto, hicimos una demolición total, dejando la estructura de hormigón al aire. Así creamos un espacio que nos permitía desarrollar 100% nuestro estilo", explican los interioristas Ramiro Mora e Isabel Otero, de Ramisa Projects & Fun. Después: un piso señorial súper elegante y chic Cuesta creer que esas oficinas ochenteras y sin encanto se transformaron en este piso señorial con espíritu centenario. Todo es nuevo, pero parece que lleve un siglo aquí. El blanco crea una base neutra muy luminosa cediendo el protagonismo a la decoración y a la belleza del propio espacio. ¿Te has fijado en el precioso suelo de madera en espiga? Después: una cocina "interior" inundada por la luz Como ocurría con el salón, todo en este espacio es nuevo, aunque el precioso cerramiento en "L" de la cocina parezca que siempre estuvo aquí. "Originalmente, la cocina era interior. Para ganar luz y relación visual con el resto de la vivienda , hicimos un gran cerramiento en "L". Aunque no solo el cerramiento delimita el espacio, también lo hace el techo, con sus molduras, puestas estratégicamente para ello. Dentro, todo es blanco, y eso nos da conexión con el salón y el comedor, aunque no perdemos la intimidad", nos cuenta Isabel. 3. Antes: un local lúgubre y con un pastiche de suelos Cuando la propietaria de este local-piso lo vio por primera vez, era mucho más fantasmagórico de lo que se aprecia en esta imagen. Porque estaba completamente compartimentado por mamparas setenteras de oficina, convirtiendo sus escasos 60 m 2 en una especie de enjambre de abejas. Poca luz, un pastiche de diferentes suelos y unos techos bajos completaban una estampa poco alentadora. Pero Carlota, la propietaria, vio más allá de sus carencias y supo sacarle lo mejor de sí. ¡Y vaya si lo logró! Después: un loft moderno, acogedor e inundado de luz Para transformar ese antiguo local en este loft luminoso, Carlota contó con la ayuda de la decoradora Bárbara Sindreu, que convirtió en realidad todo lo que la propietaria había soñado. Se optó por planificar el espacio totalmente diáfano, con solo una estancia independiente, el baño. Y todo se tiñó de blanco: paredes, techo, muebles... Con excepción del suelo, de madera y en un acabado un poco rústico, para darle calidez. Después: una cocina con un total look en blanco La cocina, con una península que sirve de separación visual con el salón comedor, también se tiñó de blanco, más allá del mobiliario. Y es que incluso los electrodomésticos, la campana y la grifería se eligieron de este color. Un frente de armarios, con la nevera panelada, oculta la puerta de acceso al baño. ¿Quieres ver cómo se resolvió el almacenaje del dormitorio ? ¡No te lo pierdas! 4. Antes: unas oficinas frías y sin personalidad Cuando el equipo de Iker López Estudio puso un pie en este piso, se encontró con una oficina diáfana, con paredes de cristal en uno de sus extremos, columnas y muchos espacios abiertos. Un suelo frío de microcemento gris casi negro, conductos de aire acondicionado... Vaya reto! Después: un piso con mucho estilo y personalidad De esas frías oficinas no queda ni rastro. El arquitecto Iker López Consuegra transformó ese espacio aséptico en un piso con sabor señorial, en sintonía con la finca catalogada en la que está ubicado, y con una decoración ecléctica que le da una personalidad única. Después: espacios separados pero comunicados entre sí Con la reforma, se tuvieron que levantar tabiques para separar los diferentes espacios de la vivienda y ocultar los pilares vistos que no se podían mover. Se habilitó, así, un despacho con espíritu de biblioteca separado por dos correderas, una que da acceso al salón y otra al pasillo. También se separó la cocina y el comedor de la zona de día, ¿ quieres verlos ? Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter .